Ángel Sabroso y Óscar Raluy, árbitros grancanarios, cumplieron a la perfección en su arbitraje de la final olímpica de balonmano entre Dinamarca y Francia. Los colegiados españoles eran los grandes candidatos a dirigir esta cita tras ser designados para la última final de la Champions League y su buen papel en el resto de los Juegos Olímpicos hizo que se cumplieran los pronósticos.
"Todo el mundo está muy satisfecho de cómo ha salido todo, de lo bonito que ha sido el partido, del ambiente y del comportamiento de ambos equipos", explica Ángel Sabroso. "Nuestra labor está hecha, que las estrellas luzcan y que gane el mejor", añade tras recibir una buena valoración del arbitraje de la pareja grancanaria por parte de la Federación Internacional.
La final la conquistó Dinamarca sobre Francia con un marcador de 28-26 y ocho goles de la estrella nórdica Mikkel Hansen.