La felicidad no se puede medir. ¿O sí? El psicólogo norteamericano Chris Peterson, que participa en un curso de verano de El Escorial, asegura que los españoles y los hispanos son más felices de lo que le "correspondería" por su renta y nivel de ingresos. ¿Da el dinero entonces la felicidad? No, pero ayuda. ¿Es eso?¶

Peterson, que lleva años investigando sobre el asunto, dice que la felicidad es una combinación de coraje, creatividad, optimismo, equidad, capacidad de amar y, en definitiva, estar satisfecho con lo que uno hace. El tipo que le prendió fuego a la cumbre de Gran Canaria el pasado viernes no es feliz. ¿Cómo se puede sentir satisfecho con lo que hizo? El psicólogo norteamericano asegura que todo el mundo tiene capacidad de aprender a ser más feliz.Un consuelo.¶

Pero volvamos al dinero. El ex presidente de la inmobiliaria Astroc, Enrique Bañuelos, fue citado por la revista Forbes este año como uno de los hombres más ricos del mundo. Poco después de conocerse ese dato, la compañía entró en una espiral de caída en la cotización en Bolsa que le obligó, la pasada semana, a dejar la presidencia de la empresa. Al día siguiente, las acciones empezaron a subir. Bañuelos diría, poco después, que salir en Forbes fue terrible. Ser rico no es nadita fácil.¶

Los pilotos de Binter llevan casi dos meses en huelga porque la aerolínea quiere recortarles los sueldos a cambio de nada. Peterson recuerda que la felicidad depende en un 50% de los genes y del ambiente del individuo. ¿Qué importancia tiene que le bajen un poco el salario? Los pilotos alegan que también la compañía podría reducir un poco sus beneficios. En ambos casos, la felicidad no parece estar en juego y el psicólogo americano recuerda que no se puede ser dichoso en todo momento.

Los inmigrantes que llegan a Canarias casi a diario en busca de una vida mejor se tropiezan, en la mayoría de los casos, con una realidad que les devuelve de nuevo a la miseria. Peterson revela que los países con mayor grado de satisfacción de sus habitantes son los del norte de Europa, mientras que las naciones africanas se sitúan justo en el lado opuesto. Nadie puede negar el coraje y el optimismo de esa gente que sube a una patera rumbo al norte. A buscar la felicidad, aunque sea un espejismo.