El asunto de Las Teresitas cumple con las tres normas básicas del periodismo: informar, formar y entretener, y vive Bentejuí que en el segundo y tercer aspecto no hay caso que le haga sombra. Por ejemplo. ¿Sabía usted que los móviles de algunos de estos presuntos señores tenían un sistema de secrafonía? ¿Eh?

Hasta que parió este tema estaba la psicofonía de toda la vida, que es cuando en el iPod queda grabada la voz espeluznante de una tatarasuegra en el pasillo, tipo el diablo anda sueltooo, mi niño, provocando en el oyente el lógico desalamiento.

Luego estaba la isa-folía, que también tiene su aquello: El cielo de Tenerifeeee, radiante está de esplendooor, lo adorna el Teide giganteeee, como una retama en flooor, y por último está la afonía, que es como se queda uno cuando lee que este personal se entendía en secrafonía. Pero, ¿qué lleva a ilustres personajes a pedir al informático que le secrefoníe el móvil? Gracias a este sistema usted dice "yo me lo mamo", y la policía entiende que lo que está proponiendo es "echar una mano", o que se va "a ver a un hermano". Y jode, porque tanto Astrofísico para escrutar el espacio, y resulta que la verdadera ciencia estaba por aquí abajo, en una playa.