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La que se avecina

El imperio contraataca

El fandango de Grecia ha terminado en un mal remendado roto de futuro incierto, y en mala prensa para el euro, para el Eurogrupo y para la Unión Europea. Pero el Imperio contraataca. Intenta por todos los medios -sí, mucho con los medios- impedir que eso se repita.

Permitir que la izquierda radical tomara el poder (aunque luego fuera derrotada y vapuleada) en la pequeña Grecia, un Estado de la Unión, ha resultado ser un error: el Imperio quedó vencedor pero malparado. Así que su estrategia ahora (a lo Patton: atacando siempre) es dar la batalla antes; evitar que la izquierda radical llegue, o se acerque, al poder.

Una lucha intensa y decisiva para eso se está librando ahora, nada menos que en el Reino Unido, una de las más preciadas perlas -siempre algo floja- de la corona imperial europea.

La batalla allí es intensa dentro del laborismo, y Jeremy Corbyn -la izquierda radical, equivalente a Tsipras o Pablo Iglesias- lleva las de ganar. Lidera ampliamente en las encuestas (53% contra 23% y menos) dentro del Labour Party, la mitad -digamos- del electorado británico. Algo así como si Pablo Iglesias & Co estuvieran dentro del PSOE, y ganando las primarias.

Nos informa The Guardian -verdadero guardián periodístico de la izquierda británica- de que el laborismo conservador ya ha empezado a moverse para impugnar esas elecciones internas -especie de primarias que intentaremos explicar luego- aduciendo que han votado muchos infiltrados de otros partidos que quieren que gane Corbyn, para que el laborismo pierda... Algo más rebuscado que Caperucita Roja; pero la derecha contraataca.

En un principio se rechazó investigar el pasado electoral de los votantes, pero luego ante la fuerte presión de los tres candidatos opuestos a Corbyn (Elizabeth Kendall, Andy Burnham e Yvette Cooper, laboristas tradicionales, y presuntos perdedores) se inició la investigación, y los primeros resultados indicaron de 2 a 4% de "probables" -sólo probables- votantes falsos, infiltrados. Muy poco como para invalidar una elección. Además, la investigación en sí cayó mal dentro del Partido, algunos la tildaron de "soviética".

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