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Aforismos y expresiones canarias

La verdad de Dios

La expresión se nos presenta como una fórmula de juramento informal producto de la lexicalización en el habla cotidiana, mediante la cual el hablante trata de reforzar la afirmación pronunciada o dar veracidad a lo que dice: "La verdad de Dios que no me acordé...", se puede escuchar todavía.

Surge así como una suerte de jura o promesa espontánea y sin formalismos que invoca y pone a Dios por testigo. Se añade esta coletilla, en ocasiones, cuando se quiere reafirmar una postura u opinión dada que el sujeto presume o espera poco creíble por su receptor o interlocutor. Trata así de convencernos o persuadirnos de que no estamos ante una excusa trivial o invención cardinal como justificación, sino ante una explicación cierta. La invocación divina presume en el hablante una mayor receptividad de quien le escucha, y acaso espera que refuerce la credibilidad de la afirmación. Su pronunciación suscita la fiabilidad en lo dicho por efecto sutil e inconsciente; operando como una especie de mecanismo subliminal de juramento implícito al que debemos dar crédito. Cuando alguien afirma o informa sobre algo -aun por inverosímil que nos parezca- con el bordón: "la verdad de Dios", nos reconforta y trasmite certeza y credibilidad, o al menos es lo que inconscientemente se percibe; y refuerza la palabra disipando la duda que inicialmente nos había provocado. Incluso cuando en medio de una trola o engaño más que evidente se echa mano a esta fórmula, puede sugerir en el interlocutor ingenuo o poco perspicaz un ánimo o predisposición a la convicción. En tal caso, es reprobado socialmente quien en falso invoca este testimonio divino con perjurio, y de ahí, la credibilidad a la que induce su invocación y de la que es merecedora la fórmula.

Habitualmente, el hablante suele enfatizar la palabra: 'Dios' contenida al final de la frase, proporcionándole un golpe de voz (al colocar una mayor entonación fónica en ella) como si de una suerte encantamiento o fórmula mágica se tratara, como si conociera o presintiera el poder de persuasión que el término tiene en el oyente: la verdad de Dios...

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