Adriana Lastra pertenece al pueblo sin sombra de duda. La vicesecretaria general del PSOE con Pedro Sánchez, asturiana, de 39 años, menuda y viva, ha sido presentada por Ángel Víctor Torres como biológicamente socialista. En la mejor tradición del socialismo que estima la justicia, la lealtad y la honradez por encima del poder. Lejos de los estereotipos pluscuamperfectos que sobresalen ahora en los nuevos partidos, pero cerca de los ciudadanos. Adriana Lastra sabe bien de dónde venimos. Es de la generación nacida en los "mejores 40 años de la historia de España". A diferencia de gran parte de los jóvenes que quieren tomar el poder, asaltar el cielo, pero carecen de programa y de proyectos, Lastra los tiene y bien definidos, herederos de la "mejor herencia republicana".
Pero no se equivoquen. Ha quedado claro, tanto por sus palabras como por las del secretario de Organización José Luis Ábalos en el mismo escenario del Gabinete Literario, que el PSOE va a apoyar "al Gobierno y al Estado en la defensa de la Constitución". Nada más y nada menos. "Queremos profundamente a nuestra Constitución", se le escuchó.
Sin perder el sentido ha sabido citar a Ramón Rubial, histórico presidente socialista, para estimular a los militantes que la arropaban e insistir en que lo importante son las ideas, no las personas. En el intercambio de ideas, ante un auditorio que la examinaba con lupa, Adriana Lastra dejó ver su mejor cara. En la respuesta desinhibida al "fuego amigo" mostró la vitalidad de la organización y su grado de tolerancia. Arrancó sinceras ovaciones entre los suyos cuando explicitó que el rival del PSOE "es la derecha", vista el color que vista; y que el gobierno que facilita la vida y resuelve los problemas es un gobierno socialista.
La vicesecretaria general no es mujer de cuota y se está acreditando como uno de los valores de referencia en el PSOE de Pedro Sánchez. Cuentan quienes la siguen en su tierra que es trabajadora, honrada, prudente y sagaz.
