La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

EL CALLEJÓN DEL GATO

Mañana será otro día, hoy es siempre todavía

Triste, muy triste, me encontraba el otro día frente al televisor, expectante y concentrado en comprender en otra lengua el mensaje de Esquerra Republicana de Catalunya que condiciona el futuro de mi país. Me resisto a creer que esto es lo que han querido los españoles; una cosa es el resultado de las elecciones y otra muy distinta el sentimiento colectivo individual, valga el oxímoron, que como nación nos hubiera gustado.

Es conocida por mis lectores mi admiración del creador del esperpento como género literario, Valle-Inclán. Divinas palabras es posiblemente donde el autor refleja con increíble realismo la España negra del mundo rural, igualmente difícil de entender como el momento actual. Los últimos meses, debo confesar que lo ocurrido en España en boca de Pedro Sánchez solo se podría definir como un retruécano, por calificarlo en un término respetuoso. ¡Cuánto nos acordamos de Juan de Mairena! El entrañable personaje del inefable Antonio Machado se quedó corto al calificar a España en dos, pariendo desde entonces a diecisiete.

Hemos pasado del "hablar catalán en la intimidad" de Aznar al "hablar español en casa" de catalanes y vascos. La realidad es que se está pergeñando un nuevo concepto de Estado, donde tanto Cataluña como el País Vasco adquieran el estatus de nación con todo lo que ello conlleva.

El próximo sábado, para el lector hoy, se estará celebrando el debate de investidura; qué pena que nuestro insigne escritor Benito Pérez Galdós, del que celebramos el centenario de su fallecimiento ese mismo día, no pueda añadir una adenda a sus Episodios Nacionales, donde recoja, espero que no, el acta de defunción de lo que hasta hoy venimos denominando como España. Dentro de poco podremos asistir al torneo "tres naciones" entre España, Cataluña y País Vasco, o como quiera que se vayan a llamar.

Cuando en una organización del tipo que sea cada una de sus unidades o departamentos quiere actuar de forma independiente y autónoma, sin seguir las instrucciones de la central, sin tener en cuenta que pertenece a una entidad mayor, cuando las partes no quieren formar un todo, se convierten en reinos de taifas. El precio: España, por no haber sabido defenderla. Me siento decepcionado por formar parte y vida de una nación maravillosa tan repentinamente poblada de resentidos y envidiosos y enemigos de su integridad. Con unos políticos que se afanan en revivir una guerra finiquitada hace ochenta años o de aquellos que sólo respetan a España cuando es esta quien afloja la tela.

Como decía Machado, esperemos que mañana sea otro día, donde en el tránsito de la noche al día esto no se convierta en una pesadilla, en Pandemónium.

Compartir el artículo

stats