Gran confusión ha causado el pin parental, mejor llamado "veto a una educación complementaria". Desde siempre, los jóvenes que empezaban sus estudios, recibían la enseñanza de las conocidas materias de Geografía, Matemáticas, Ciencias, Gramática, Lengua, Literatura, etc. Y los padres siempre tenían acceso a información sobre la evolución de sus hijos en su aprendizaje a través de las organizaciones al efecto, o directamente en los colegios. Pero han aparecido nuevas situaciones y los jóvenes las aprenden a través de los nuevos medios de comunicación, whatsapps, móvil, internet, etc. o, directamente entre ellos mismos en la calle, pero carecen de una directriz profesional superior que les oriente y enseñe sobre estas realidades de conocimientos sociales, charlas, talleres, sexualidad, etc. ¿Es tan complicado que en los mismos colegios fueran dirigidos en estas disciplinas por unos profesores especializados en estas materias? Los padres seguirían teniendo información sobre la marcha de sus hijos de la misma forma que antes, y seguirían conservando el mismo derecho de opinión. Si algún profesor no cumple debidamente sus funciones y se extralimita en sus obligaciones, los padres conservarían su derecho para hacer las observaciones oportunas a la Dirección o, incluso, demandar si procede a la entidad educadora. No hay nada nuevo en los sistemas de enseñanza. Algunas interpretaciones de hoy esconden otros intereses. No hablan claro y confunden a muchos.