En una de esas encuestas que publican los medios de comunicación, en una de esas de los 12, 14, o 20 puntos de diferencia del PP sobre el PSOE (ojalá alguna le dé al PP el 30% por encima de los socialistas: o no se produce porque se moviliza la dichosa izquierda durmiente y latente, o se produce de verdad y observamos y padecemos durante cuatro años lo que puede hacer la derecha esencialista, la neocom liberal y de las JONS auténtica, durante cuatro largos y estrepitosos años: a lo mejor de esta vez me quito la pereza y me hago por fin apátrida y apóstata). En una de esas encuestas, decía, se le preguntaba a la muestra, 1.002 personas (nadie tituló, ni titula, como me tituló a mí una vez en Canarias un locuaz, oportunista y mercenario periodista, ante un sociobarómetro de opinión "el gobierno de Canarias dice que 3.050 canarios opinan que..." El periodista sigue ascendiendo, subdirector, director adjunto, no sé; el sociobarómetro no se hace) "¿cómo calificaría la situación económica de España?" y el 93% de la muestra respondió que mala/muy mala, el 5%, regular, y el 2%, muy buena/buena. Preguntada la misma muestra de españoles, que daban una diferencia a favor del PP en intención de voto para el 20-N de 14,1%, "¿cómo calificaría la situación económica actual familiar?", el 32% respondió que mala/muy mala, el 26%, regular, y el 42%, muy buena/buena. Ello se traduce en que más de 9 de cada diez españoles consideran que la economía del país está al borde del abismo, pero que de los mismos españoles, casi 7 de cada 10 califican su situación económica particular como buena o, al menos, soportable, sin problemas. ¿Mienten los entrevistados? No: la opinión publicada se mueve, y la opinión publicada mayoritaria, que agita a la pública, es de la tesis "cuanto peor mejor, Mariano presidente y después ya veremos". Y de eso, los socialistas, desde 1982 hasta la fecha, no han tomado ni la primera lección: todavía no tienen opinión publicada que simplemente no les maltrate.