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El Camino de Santiago en Gran Canaria sí existe

Vivimos una época donde los negacionistas vociferan sus ideas, sus hipotéticas certezas,- la mayoría sin fundamento científico alguno-, seguros de que el ruido acallará, entorpecerá, pondrá en duda, realidades a todas luces indiscutibles.

Acuden a nuestra cabeza dos muy sonadas, la de los terraplanistas y su insensata idea de que la Tierra tiene forma de lenteja, la gravedad no existe, un muro de hielo rodea toda la Tierra entre otras elucubraciones a cada cual más disparatada. No necesitan constatación científica pues más allá del titular que pregonan, el resto es circustancial, es decir, carece de interés. Algo semejante sucede con los negacionistas del Covid. Para ellos, los contagiados, enfermos y muertos –no importa si son decenas de miles o millones- son una puesta en escena extraordinaria, un guión orquestado al mejor estilo Hollywood por multinacionales, gobiernos y poderes en la sombra, alimentado día tras día por los medios, la ciencia y la política, todos ellos manipulados, formando así parte de una gran mentira. Y así podríamos encontrar, disparate tras disparate, personas o grupos de personas que niegan lo evidente aunque se les presente con rotunda claridad ante sus ojos.

Las únicas vacunas que conozco contra todo tipo de negacionistas son el conocimiento, el diálogo y la reflexión.

A punto de iniciarse el tan deseado Año Jubilar del año 2021, un año de peregrinaje muy especial pues la gracia de diversas bulas papales, concede un estado de indulgencia y perdón que fortalece al católico en su fe cristiana, algunas personas niegan la existencia de un Camino, de una peregrinación a los centros jacobeos de Santiago de Tunte y Santiago de Gáldar. Es algo así como negar que la red de Caminos jacobeos que cruzan Europa o cualquier lugar de la Península Ibérica para culminar su peregrinación en Santiago de Compostela es un cuento inventado por los poderes civiles y eclesiásticos y que los centenares de miles de caminantes que dirigen sus pasos a la capital compostelana, pasaban por allí de pura casualidad.

No entraré en debate, pues ni soy garante de una verdad única –sería éste un buen tema de discusión pues tal verdad no existe– ni pretendo llevar luz a un Camino canario que se justifica por sí sólo, desde hace siglos, a través del paso de centenares de peregrinos quienes con sus promesas, periplos y credenciales dan fe de su existencia.

Todos somos conscientes de que no es sólo una senda la que lleva hasta los templos jacobeos de la isla, pues existen tantas sendas como peregrinos hay, y tan variadas como lo son las rutas que conducen desde cualquier punto de Gran canaria hasta la patrona de la isla en Teror, nuestra Virgen del Pino.

Pero, de entre todas las rutas de peregrinación jacobea, una cobra una fuerza especial, tal vez por el hecho indiscutible de unir los dos centros religiosos con advocación al santo apóstol: Tunte y Gáldar, y es esta la razón de que aún partiendo de cualquier punto de la isla, los peregrinos terminen confluyendo en esta arteria pedestre, verdadero hilo de plata que rezuma todo él, esencia santiaguesa. De ahí el firme compromiso del Gobierno de Canarias en potenciar esta ruta esencial de Gran Canaria visibilizándola al mundo como patrimonio cultural y natural de primera magnitud.

“Pienso en todos los viajeros del mundo que lleguen a Santiago de Tunte cargados con una ligera mochila para desenredar el hilo de plata que, pasando por esta encrucijada donde me encuentro, los conduce hasta el templo de Santiago de los Caballeros de Gáldar. Es este el camino insular, el único que parte y arriba protegido por la cruz del santo patrón, un itinerario predeterminado por antiguos tránsitos que surgen a cada recodo para confundirse con el ruido de los pasos propios, como si uno mismo fuese temporalmente una isla a la deriva.”

Estás palabras del escritor canario José Luis González-Ruano recogidas en su publicación El Camino de Santiago en Gran Canaria. Un viaje a la isla interior son fruto de múltiples Caminos de Santiago realizados en la Isla. La ruta que une Tunte y Gáldar a través de sus cañadas, barrancos, lomas y valles rezuma peregrinación en cada cruz del Camino, en cada historia, en cada senderista que encontramos, en cada peregrino y es que la leyenda se hace real en la toponimia de la zona: Lomo Santiago, Morro Santiago y en las guías de senderos insulares donde, una tras otra, ya fueran promovidas por instituciones públicas o auspiciadas por razones turísticas, deportivas, culturales de otros ámbitos, la ruta que une Gáldar y Tunte a través de su montañas aparece siempre identificada como Camino de Santiago.

Antes de poner en duda el Camino deberíamos acercarnos y consultar a los cronistas de cada municipio implicado, a sus párrocos, su historia municipal, sus libros parroquiales, a las crónicas que recogen el patronazgo a Santiago en Gáldar desde tiempos de la conquista, a la asociación de amigos del Camino de Santiago en Gran Canaria, o hacer el Camino y constatar la afluencia de peregrinos y el número de personas que por motivos religiosos, culturales, de búsqueda de valores, de autoestima…, realizan el periplo en una o varias etapas, cualquier mes a lo largo de cualquier año, pero especialmente en Año Santo.

“Fue la semilla de un naufragio la que trazó el rumbo en el Atlántico, desde Galicia a Gran Canaria, extendiendo el camino de las estrellas en el corazón de la lava hasta hacerlo coincidir con antiguas rutas nativas. En algún lugar dentro de mí está ahora ese camino. Es un sendero hacia el pasado y hacia el futuro colocado en el mapa para que podamos mantener los ojos abiertos por encima del agua, para ayudarnos a entender la belleza ordinaria en el mito vital de la roca en el océano”.

Pienso que, en una isla esencialmente turística, donde anhelamos estrategias de respeto al entorno, que favorezcan el conocimiento y valor de la identidad canaria, de los nuestro, de estrategias que respeten el extraordinario escenario que supone un paisaje volcánico único y su enorme biodiversidad, negar lo evidencia es una mala estrategia de futuro. El respeto que se merecen las personas que cada año, próximo el 25 de julio, se calzan unas botas cogen una guagua o su coche particular para desplazarse hasta Tunte o hasta Gáldar y paso a paso, de norte a sur o de sur a norte, saludan a Santiago Apóstol, su patrón, su guía, su santo venerado, e inician un Camino de Santiago que, sin lugar a dudas, enriquecerá sus vidas, es innegable. La realidad del Camino Jacobeo y su tradición en Gran Canaria, también lo es. Por todo ello, les invito a preparar las botas, los bastones y una pequeña mochila, pues la apertura de las Puertas Santas, en los dos templos jacobeos grancanarios están a punto de abrirse. ¡Buen Camino!

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