El mundo del deporte y de la competición es habitualmente la fuente de muchos ejemplos de valores positivos para la sociedad. No es novedad que un deporte o deportista trabaje determinados valores en centros educativos dentro de diferentes programas, y este es sin duda el camino a seguir . El deporte y las competiciones deportivas, como contenidos sustentados por la propia sociedad, que consumimos y financiamos como padres y madres, como aficionados o como audiencias, tienen el deber social de aportar todos aquellos valores que nos puede ayudar a crecer como sociedad.
El ocio de nuestros hijos e hijas ha cambiado. Su tiempo ya no solo lo ocupan los deportes que se practican en los centros educativos, desde donde se inculcan valores necesarios para la vida diaria, algo que sin ninguna duda hay que seguir haciendo, sino que en estos momentos cada vez más tiempo ocupado por nuestros jóvenes se sitúa en espacios bastante desconocidos para el resto, que no son espacios físicos sino virtuales, en los que no practican los deportes convencionales y en los que las relaciones que se establecen entre ellos son diferentes y se juega y compite de distinta manera. . De una forma y en un espacio en los que se sienten cómodos. No son espacios excluyentes para el resto, pero pueden provocar una nueva brecha tecnológica producida por el uso que en estos espacios se hace de la tecnología que los jóvenes identifican como útil, sentido de la utilidad que no comparten otros segmentos de edad.
El factor utilidad es la clave de la evolución de la tecnología. No sólo desde el punto de vista productivo, sino también porque gracias a ella se hace más fácil y atractiva la vida de las personas, incluido su ocio.
Aunque no compartamos la edad ni las aficiones de nuestros jóvenes, cosa que ha ocurrido generación tras generación, es nuestra responsabilidad que allá donde ellos convivan, mantengan una conducta correcta hacia el otro; y no se desperdicie el cada vez mayor tiempo que pasan en esos entornos online, para poder seguir trabajando los valores de relación entre las personas.
La convivencia no es sólo algo físico, también es ya algo virtual o digital; y trabajar los valores de convivencia en la vida online de los jóvenes, es una responsabilidad creciente como sociedad, porque no se puede educar en una parte de la vida de las personas y olvidar la de los que ya deben ser una generación importante para el futuro.
Hay que encontrar los espacios donde confluyen los jóvenes para continuar trabajando los valores, y sin duda, el gaming es un contenido que a la inmensa mayoría de ellos les interesa, por esa razón se puede convertir en una gran herramienta para complementar el trabajo en valores que desde el deporte ya se hace con numerosos programas escolares y educativos.
En la Comunidad de Madrid los organizadores de ligas y competiciones de videojuegos escolares junto con la Consejería de Educación y Juventud, y precisamente desde el área de Convivencia, trabajan para hacer posible que también en las relaciones entre los jóvenes que juegan entre ellos de forma online se tengan en cuentavalores como la convivencia, el trabajo en equipo, la igualdad, la solidaridad o la justicia, . La semana pasada el Consejero de Educación entregó los premios de las competiciones de esports entre centros educativos en un acto en el que el objetivo principal fue destacar todos los valores que se fomentan entre los estudiantes que juegan en ellos, fundamentalmente porque las competiciones online no entienden de territorios. En esta liga denominada IESports, también participan centros educativos de las Islas Canarias. Aprovechemos la oportunidad de entrar de modo fácil y natural en estos entornos para seguir haciendo lo que siempre hemos trabajado: los valores de nuestros hijos.
