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Javier Cuervo

Artículos de broma

Javier Cuervo

El hambre no es ambición

Igual es prudente dejar la palabra “hambre” sólo para referirse a “la gana y necesidad de comer”, cuando es individual, y a “la escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada”, cuando es colectiva. Así se restringiría el uso de “apetito o deseo ardiente de algo”, la tercera acepción, la que más se oye cuando más se ven colas de hambre de la primera y la segunda. La idea es que mientras haya gente guardando la vez para que le den unos alimentos para sí y para sus hijos no hablemos de que el millonario Messi -por decir uno- tiene “hambre de gol”. Digamos que tiene apetito, ganas, ambición y dejemos el hambre para la necesidad. El hambre y la ambición tienen dientes, pero es otro morder.

Al final del estado de alarma se habló del “hambre de salir” para referirse a lo que resultó ser sed y recientemente he leído que cuando llegue el revivir pospandémico y se reactiven la vida social y la moda habrá “hambre de lujo”. “Hambre de lujo”, paladee ese regusto de oxímoron involuntario. El hambre de lujo tiene colmillos de gran felino.

Hay miedo a usar la palabra “hambre” para referirse a la que el propio hambriento no puede quitarse por sus propios medios. Esas personas sin trabajo ni dinero para comida forman, para Isabel Díaz Ayuso, “colas de mantenidos subvencionados”. Otra mucha gente, incluido un líder sindical, hablan de “colas de la vergüenza”. No. Son colas del hambre y deberían darnos vergüenza a los demás, mucha a los ejecutivos del Ibex 35 que ganan 86 veces más que el salario medio de sus empleados, sin producir 86 veces más, ni tener 86 bocas. En cambio, las colas del hambre aumentan la aporobofia, el miedo a los pobres, porque tenemos más miedo que vergüenza. Una sociedad como la nuestra puede descargar de vergüenza a los que bastante tienen con el hambre. Hasta ahí llegamos... salvo si se te ayusa el pensamiento.

Aprendí como obra de misericordia “dar de comer al hambriento”. Debería serlo también llamar al hambre, hambre, como llamamos al pan, pan y al vino, vino.

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