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Manolo Ojeda

CARTAS A GREGORIO

Manolo Ojeda

Tonto el que no lo lea

Querido amigo, te acordarás de que, no hace muchos años, el gobierno subvencionaba en parte la compra de paneles de energía solar para que pudieras instalarlos en la azotea de tu casa. Era una estupenda iniciativa que te permitía, además de ahorrar en el consumo, vender la energía que sobraba.

Pero todo eso se quedó en agua de borrajas, Gregorio, cuando empezaron a cobrar una cuota fija por el consumo de la luz, a pesar de que no la consumieras, y, además, te obligaban a pagar un suplemento por utilizar placas solares que algunos todavía estaban pagando a plazos.

Hace un par de semanas, un sábado por la mañana que estaba relajado y con tiempo, se me ocurrió coger la guagua para volver de Mesa y López a Triana, porque, cuando no tienes prisa, es el medio más cómodo y económico. Pero, al ir a abonar el tique, el conductor me dijo que solo podía pagar con la tarjeta bono-guagua. Una medida establecida desde hacía casi tres años, posiblemente los mismos que yo no había utilizado ese popular transporte urbano.

Total, que, viendo mi imposibilidad de pagarle, decidió, muy amablemente, dejarme viajar gratis. Ahora y desde hace unos días nos vuelven a permitir pagar en efectivo, lo cual es bastante lógico pensando que estamos en una ciudad que vive del turismo y de visitas ocasionales.

Parece evidente que esto lo debían saber sus promotores, pero que, de forma astuta, consiguieron recaudar por adelantado una cantidad de dinero considerable.

Y es que, si quieres vender algo, tienes que saber cómo presentarlo para convencer a la gente, porque vivimos en una sociedad globalizada que, lamentablemente, ha perdido la capacidad de diferenciar entre lo que quiere y lo que le hacen pensar que quiere.

Las normativas son como la letra pequeña de los contratos, que están hechos para que nadie los pueda leer y menos entender. Y es que la publicidad se aprovecha de la buena fe de la gente, como cuando ves los test de resistencia de un coche en un accidente, que lo que en el fondo quieren demostrar es que puedes reventar tu coche sin que te rompas la cabeza, para que puedas comprarte un coche nuevo.

Ahora vuelven a proponer que compres paneles solares para el autoconsumo, aunque no se sabe cómo se podrán rentabilizar los excedentes ya que tendrán que ser valorados por las empresas comercializadoras.

Pero mucho me temo que este sea el siguiente capítulo de la misma historia, Gregorio, y que todas las empresas que se han montado con vistas a este negocio, después de llenar sus páginas de promesas y de supuestos descuentos y ahorros, vuelvan a llenar sus bolsillos a costa de un incauto consumidor, que seguirá como un borrego los concejos de las comercializadoras sin leer la letra chica, que es donde tendrían que obligarles a decir: «Tonto el que no lo lea».

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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