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Entre líneas

Más que mi hogar

Una casa una roca, trabajas, trabajas, trabajas para ser feliz, y ahora volver a empezar. No es fácil. Dejar los recuerdos, los animales, las referencias. Llevo trabajando toda una vida y los cien euros ahorrados, los he dejado en mi casa. Hecho con ilusión. No me va a parecer una mierda, los recuerdos los tengo por el suelo. Cómo se acepta que lo pierdes todo, cómo le da a uno la cabeza para hacer lo que tengo que hacer. No quiero contarles lo que me ocurre. Ni tengo ganas de hablar. Es peor que la pérdida de mi padre, se lo aseguro.

Rabia e impotencia no solo por nosotros, por nuestros vecinos, por los amigos de nuestro hijo. No se entiende por qué tiene que pasar esto. Las gentes nos han apoyado, menos mal. Que no nos pregunten cómo estamos: mal. Los amigos nos llaman y nos preguntan qué necesitamos, menos mal que tenemos una gran familia.

Es un golpe de realidad. Nada de espectáculo para nosotros. No paran las explosiones. Mucha tristeza genera ver a muchas familias como pierden sus hogares o es desesperante esperar a ver qué ocurre con mi casa. La tragedia de la naturaleza, continúa, ni respeta la parroquia, que entre todos hemos sacado adelante, y que nos reunió tantas veces, ni respeta los estanques de agua, que hierven y se entierran en las entrañas de esta tierra sin lluvias. Todo arrasado. Mi casa no ha sido derrumbada, ha quedado aislada entre la lava, pero no podré acceder a ella. Fatalidad.

El grito de dolor es más alto que la explosión del volcán. Nuestra emoción está debajo de la colada de la lava como nuestros hogares, como nuestra tierra, o como las parras y la bodega de vino, que me daba la vida. Paraíso, Las Manchas, Todoque, denotaciones premonitorias de un fuego infernal. No se derrumban unas paredes, sino unas referencias, unos vínculos con muchas cosas, en todo me reconocía a mí mismo, ahora no sé si tendré esa fuerza, espero que sí. La vida se me ha quemado.

Ahora no necesito sobreinformación, sino que me informen de los pasos que tengo que hacer. Es duro ayudar a tus vecinos, a tus amigos, que los conoces de muchos asuntos, pero también facilita las cosas al conocerte. Ahora es razonable que sientas lo que sientes, no hagas esfuerzo de lo contrario. Te diré que puedes apoyarte en mi hombro, hermano canario. De todas las islas miramos tu dolor y no estarás sola, isla nuestra, isla bonita.

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