La Provincia - Diario de Las Palmas

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Punto de vista

¿Quién es más listo?

No acostumbro a hacer reflexiones públicas sobre política o cuestiones sociales. Me las guardo para mis círculos cercanos, ya que las redes sociales son una caja de Pandora. Si cuelgo algo más que una foto o comentario neutral, empiezan a salir todos los males. Dichos males, por ejemplo, podrían decir algo así:

Victoria Federica y su novio son una pareja bien. Saben cuál es su lugar y su destino en este mundo. Lo aprovechan y lo defienden. 

Ambos pagan alrededor de 5.000 € por un piso de 500 m en la zona más exclusiva de Madrid. Con su portero físico, entrada directa y todo tipo de monerías y servicios que te puedes esperar si te compraras esa ansiada casa cuando te toque la lotería. Pues ese piso le sale a razón de 10 € al mes el metro cuadrado.

Por el contrario, gente con un trabajo más o menos estable, con un salario medio, pongamos, de unos 1.100 €, se encuentra con este tipo de cuestiones. Con frecuencia tienen que compartir piso con otra persona. Pagan, por ejemplo, en el cada vez más penumbroso barrio de Guanarteme entre 800 y 1.000 € con agua y luz por un piso a reformar que ronda los 50 m sin ascensor. Con un coste aproximado del metro cuadrado de 16 € mensuales.

Después de hacer este cálculo simple, no sé quién es más listo, si Victoria Federica y su novio, por estar en ese lugar rodeados de gente que no les engaña y les ofrece un alquiler dentro de sus posibilidades y un trabajo, si fuera necesario, bien remunerado y con posibilidad de tiempo libre para invertirlo en conservar su situación.

O, por otro lado, no se ofenda nadie, muchos de nosotros, a quienes nos pagan mal que bien, invertimos nuestro tiempo en pensar «cuando me gane la lotería» o «que es lo siguiente que me voy a comprar a plazos» y no nos importa que alguien en nuestra misma situación nos llene el oído con cantos de sirena, vendiéndonos calidad de vida a precios de disparate y creyéndonos que somos algo cuando no llegamos a final de mes dando vueltas en un centro comercial, devorando escaparates en obligada ayuna económica. 

Pero tranquilos, tenemos un pisito penumbroso alquilado en Guanarteme con silestone en la cocina, varias cuentas de videostreaming y las llaves de un coche en leasing de gama media-alta en el bolsillo con tres rayas de combustible en el depósito.

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