Breverías 100

Constato algo alarmado que a guisa de historia interminable, vengo infligiendo a mis lectores cientos de citas y reflexiones, agavilladas ya en la friolera de 100 breverías. Por ello, y para darme un respiro también, me permitirán que hoy me limite a autoplagiarme unas cuantas.

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Me cuentan la anécdota de un jugador de la U.D. Las Palmas, que al pasar el equipo la aduana de Barajas es interpelado por el funcionario de turno: - ¿Algo que declarar?

- ¡Venimos a ganar!

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Referido por una madre conocida mía, al término de una visita a su hijo universitario de primer año, tras inspeccionar el baño de su pisito de estudiante -¿Pero hijo mío, desde cuando no lavas esta toalla? Si está ya como acartonada? - Hasta ahora no ha hecho falta mamá. Al fin y al cabo cuando me seco con ella ya estoy limpio.

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Para no crearme más enemigos de los que ya presumo, citaré sin dar detalles un ocurrido de mi íntimo amigo F.P. que en ocasión de una visita a un restaurante de la zona más fría de la isla, empezó a sentir tanto frío en el interior, más glacial si cabe que el gélido exterior, que terminó espetándole a la dueña:»¿Señora por favor, le importaría dejar la nevera abierta?»

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En mi familia ha imperado tradicionalmente una actitud feminista. Mi tía E.W., escritora distinguida por la temática feminista de sus obras, y elegida como segunda mujer en la academia sueca de la lengua, tenía la respuesta a la malintencionada pregunta - ¿Y por qué no ha habido nunca una mujer Beethoven?.

- ¿Y tú como lo sabes?

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Me explica mi nieta de 3 años, preocupada al ver la gallina rodeada de todos sus polluelos:» si se le escapa uno, no lo va a poder encontrar, porque no sabe contar».

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Le comentaba yo a M.S. el otro día:» como dice Cela, el que resiste gana». A lo que mi amigo, sabelotodo y aguafiestas, apostilla:» decía...»

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Ganivet decía que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Además de suscribirlo, hago mío este verso de Leonard Cohen:» en todas las cosas hay una grieta. Por ahí es donde se cuela la luz»

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Mi buen amigo F. P. (ya saben, el que aseguraba estar ya «en el tiempo de descuento») sigue siendo fuente permanente de aportaciones a estas breverías. El otro día, pese a comentarme «que no sabía cómo había llegado hasta aquí» se explayaba: «si sólo son tres días...y dos nublados».

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En el vivero me vendieron una planta preciosa «que podría durarme toda la vida».

A las pocas semanas pude comprobar que se referían «a toda la vida de la planta».

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