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El atrio de los gentiles en Vegueta

Azul atlántico

Fernando Canellada

El atrio de los gentiles en Vegueta

El obispo José Mazuelos invita al nuevo cabildo a convertir la Catedral de Santa Ana, siguiendo la inspiración de Benedicto XVI, en el atrio de los gentiles. Así alentó ayer a los sacerdotes diocesanos que le escuchaban en el solemne templo de Vegueta con motivo de la toma de posesión de cuatro nuevos canónigos del Cabildo Catedral, Juan Jesús García Morales, Luis María Guerra Suárez, Manuel Merchán Rodríguez y Eloy Santiago Santiago.

El atrio de los gentiles es sinónimo de lugar de encuentro y diversidad, de cuando judíos y paganos compartían espacio en el templo de Jerusalén, sin distinciones de cultura, lengua o profesión religiosa. En la vigilia de Navidad de 2009 el hoy Papa emérito lanzó la idea del ‘Atrio de los gentiles’, para mantener despierta la búsqueda de Dios entre agnósticos y ateos, como «primer paso» hacia su evangelización. Con esa intención de hacer de la catedral lugar de culto y cultura, de diálogo fe y razón, Mazuelos ha elegido a cuatro sacerdotes, jóvenes si se mira la media de edad del clero, y sobradamente preparados. A su condición de curas con responsabilidades parroquiales unen talento organizador, prestigio intelectual y entregada labor pastoral.

Juan Jesús García Morales, director del Instituto Superior de Teología de Canarias, doctor en Teología, ejerce una reconocida autoridad académica en la Diócesis.

Luis María Guerra, insigne biblista y vicario de la vida religiosa, se ha distinguido como lo reconocen sus colegas con un sobresaliente estudio del Apocalipsis, motivo de un memorable trabajo doctoral.

Eloy Santiago, de 52 años, secretario canciller de la diócesis, teólogo y canonista, es discípulo del cardenal Luis Francisco Ladaria, jesuita mallorquín y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigió su tesis. Es una de las figuras más respetadas del presbiterio con pasado en labores diplomáticas vaticanas en Sudáfrica y Londres.

Manuel Merchán, por su lado, se ha volcado más en la pastoral. Sacerdote llegado de la diócesis salmantina de Ciudad Rodrigo, se ha encarnado en Canarias. Gran párroco y solicito evangelizador, se ha convertido en el único peninsular en un cabildo de canarios. En su curriculum parroquial figura el haber promovido como seminarista al joven de Valsequillo Cristóbal Déniz, hoy obispo auxiliar. Pero la gran labor diocesana de Merchán, como ayer se la agradeció públicamente José Mazuelos, ha sido la legalización y el registro del patrimonio de la diócesis, la controvertida inmatriculación de los bienes de la Iglesia, que ejecutó con discreción, máxima eficacia y responsabilidad. «Merece un monumento», sintetizó el obispo de Canarias, que ha empezado por reconocer al salmantino con una canonjía, aunque lejos ya de los beneficios de otras épocas. La historia recordará a Merchán como autor, por ejemplo, de la inscripción en el registro de la Catedral. Lejos del fedatario mercantil de hoy, 640 años atesora el pergamino original de la constitución de la catedral de Santa Ana con su cabildo y sus estatutos, firmado en Sevilla en 1483 por el obispo Frías, que trasladó la sede episcopal del lanzaroteño Rubicón a Vegueta,, y ante el que juraron ayer los nuevos canónigos. Junto a estos cuatro, en este cabildo con cinco siglos de historia, se encuentran, con José Lavandera, como deán, los sacerdotes Francisco Padrón, Nicolás Monche, Hipólito Cabrera, Agustín Sánchez, Salvador Santana, Juan Carlos Arencibia, Salvador Aguilar, José Miguel Bravo de Laguna, Miguel Lantigua y Carmelo Rodríguez. «Esta sociedad nos necesita», les dijo Mazuelos animándoles a ejercer la misericordia.

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