Reseteando

Exclusiva con Mario Vargas Llosa

Imagen de archivo de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa.

Imagen de archivo de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. / Juan Manuel Prats

Javier Durán

Javier Durán

Una pregunta don Mario: ¿publicará una novela sobre su experiencia sentimental con doña Isabel?

«No lo sé aún, la verdad es que ha sido una etapa llena de vivencias. No todos los nobel pueden presumir de un largo periodo con una mujer con un apetito tan monstruoso, tan diversificado y a la vez de una exquisitez extrema»

¿Se ha sentido devorado, digamos que bajo el infortunio de haber sido descapitalizado como escritor y articulista?

«Bueno, en el amor siempre hay algo de opiáceo».

Se dice que han sido sus celos los que ha provocado la separación. ¿Es así?

«Sabe usted que la pelusilla es una material literario magnífico. Me parece ridículo que el ser humano reniegue de este tipo de manifestación que tantas pasiones levanta. Forma parte de la carpintería de un escritor, y yo no iba a ser menos».

Don Mario, ¿ha sido la edad la culpable de trastornar el sentido de posesión de la persona amada?

«No, no estoy gagá. Para nada, quiero reivindicar desde aquí la autonomía de un octogenario avanzado para tomar decisiones por sí solo. Tenemos nuestra madurez. Es una irresponsabilidad atribuir todo esto a una especie de degeneración neuronal o a la flaccidez mental de un anciano».

¿Qué la ha parecido visualizar la separación en Hola?

«No me disgusta, forma parte del cosmos en el que he vivido con Isabel durante años, aunque hubiese preferido algo más alejado. De todas maneras, como novelista es un buen instrumento para observar las reacciones. Y peco aquí de algo masoquista».

¿Ha sido una exclusiva?

«(Risas) Tendré que mirar mi cuenta corriente a ver si ha pasado algo. La única exclusiva en curso es esta conversación que transcurre».

Don Mario, ¿será la ruptura motivo de sequía literaria?

«No, olfateo una vuelta a mi hábitat natural: trabajo de entrega y soledad en casa. Quizás más absorto y envuelto por los matices de la vida. No puede ser de otra manera tras romper con Isabel. Es casi una adolescencia sin adolescencia, un luto tardío».

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