Reflexión

Diversificación

Turistas en la playa de Las Canteras.

Turistas en la playa de Las Canteras. / Andrés Cruz

Javier Amador

Canarias es un destino turístico de renombre mundial, con playas impresionantes, clima cálido y una gran variedad de actividades para realizar. Sin embargo, la economía de las Islas Canarias se basa principalmente en el turismo y esto la convierte en una economía vulnerable ante cualquier crisis o cambio en las preferencias de los turistas.

La diversificación económica es esencial para asegurar un futuro estable y sostenible para Canarias. Esto incluye la promoción de industrias como la agricultura, la pesca, la energía renovable y el sector de tecnología, además de apoyar a pequeñas y medianas empresas locales.

Además, es necesario fortalecer la economía en el interior de las islas, ya que la mayoría de los empleos y los recursos económicos se concentran en las principales ciudades costeras. Esto puede lograrse mediante la creación de políticas que fomenten la inversión y el desarrollo en áreas rurales y mediante la promoción de turismo sostenible e inclusivo.

Otro desafío importante es mejorar la infraestructura de las islas, especialmente en lo que respecta a transporte y vivienda. Esto ayudará a atraer a nuevos inversores y a mejorar la calidad de vida de los residentes.

En resumen, la diversificación económica es crucial para garantizar un futuro sostenible para Canarias. Es necesario tomar medidas para fortalecer las industrias existentes, apoyar a las pequeñas y medianas empresas locales y mejorar la infraestructura de las islas. Con un esfuerzo conjunto, se puede garantizar un futuro próspero para Canarias.»

El artículo que precede a estas palabras no lo he escrito yo, sino que se lo he encargado a uno de los autores más prolíficos y famosos de los últimos días a nivel mundial. Se trata de la inteligencia artificial del ChatGPT. Solo he tenido que pedirle «un artículo de opinión de 200 palabras, incluyendo el título, sobre los principales retos a los que se enfrenta Canarias, incidiendo en la diversificación de su economía».

¿Cuántas veces hemos escuchado en nuestros representantes públicos discursos que calcan el razonamiento expuesto por la inteligencia artificial? ¿Sabremos distinguir de aquí en adelante un artículo de opinión escrito en segundos por un conjunto de algoritmos? ¿Esta competencia con la máquina nos impulsará a los gabinetes, consultores de comunicación y a los propios políticos a buscar reflexiones más originales que rehuyan de piruetas dialécticas vacías de toda intelectualidad? Son infinitas las preguntas a las que nos enfrentamos, cada uno desde nuestras circunstancias personales y profesionales. Yo por el momento no voy a preguntárselo al robot, no sea que no me gusten sus respuestas.

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