José Toledo, el olvidado monarca del salseo

Miguel Ayala

Miguel Ayala

Espero que nadie se tome como un reproche estas líneas porque está claro que debe ser difícil resumir en las dos horas y cuarenta minutos que duró la Gala de Elección del Drag Queen del Carnaval 2023, entre actuaciones y números musicales, los 25 años del concurso. Pero al ver la noche del viernes la ovación del público cuando en el Parque de Santa Catalina se nombró a la fallecida actriz y presentadora Isabel Torres o, también, a Miguel Ángel Medina, el drag queen sordo que venció en 1999 y cuyo impactante striptis sobre el escenario marcaría desde entonces y hasta la actualidad las actuaciones de los más de 80 participantes en la Historia del certamen, sólo se me venía una persona a la cabeza: José Manuel Toledo Godoy.

Sin la ilusionante, rompedora e inclusiva aportación a los carnavales de la capital grancanaria del empresario, propietario de la cadena de sexhops Jomatog, en aquel entonces brutalmente incomprendida y criticada -porque eso fue lo que sucedió y me atrevo a afirmarlo ya que lo viví (y sufrí) de primera mano junto a José Toledo-, quizás nuestras carnestolendas hoy no serían las mismas. Isabel Torres, la primera chica transexual que en España competía con otras mujeres en un concurso donde hasta ese momento se excluía a personas transgénero, estuvo a un tris de que se le impidiese participar en la Gala de la Reina del Carnaval de 2005. «Es un hombre», argumentaba la organización. Y de nuevo me permito la licencia de asegurar que LA PROVINCIA jugó un papel importante en aquella batalla, defendiendo el derecho de Isabel Torres a formar parte de aquel acto, como finalmente ocurrió, aunque nada de eso habría sido posible sin la inversión económica y la insistencia de José Manuel Toledo. La polémica alcanzó tal dimensión que la propia Isabel, entre lágrimas y agotada por todo lo que de ella se publicó dentro y fuera de Canarias, llegó a plantearse no concursar. Sin embargo, una vez más, el propietario de Jomatog se echó la manta a la cabeza y logró salirse con la suya saltándose las normas y mimando a la joven.

Sucedió más o menos lo mismo con Miguel Ángel Medina. Muchas y muchos reprocharon al empresario que se «aprovechara» de un drag sordo «para beneficiarse publicitariamente», decían, algo que volvería a repetirse cuando en 2008 patrocinó a una joven con movilidad reducida, Mónica Pulido, como candidata de Jomatog en la Gala de la Reina del Carnaval laspalmense. La chica desfiló en su silla de ruedas sobre las tablas del escenario del Parque con un diseño de Santi Castro -carisísimo, por cierto- adaptado a las necesidades de la muchacha. «Toledo busca de nuevo dar pena», argumentaron entonces. Un mensaje cruel que terminó por calar entre las y los miembros del jurado: a pesar de la espectacular fantasía que Mónica lució esa noche en Santa Catalina quedó relegada de los principales premios del palmarés.

El primer drag queen negro o la intención de Toledo Godoy de presentar en 1999 como candidata de Jomatog al concurso de la Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria a la cantante israelí Dana Internacional, que había vencido un año antes en el Festival de Eurovisión interpretando el tema ‘Diva’ y a quien la organización de las fiestas impidió concursar «porque al no estar empadronada en la Isla», decían, «en el caso de ganar le sería imposible atender los obligatorios actos protocolarios» que como monarca tendría que cumplir, son solo dos muestras más de la aportación que José -lo llamo así porque confieso que desde hace 25 años es mi amigo- trajo a las carnestolendas canarionas, tal y como se pudo comprobar el viernes en la Gala Drag. Claro que hay más empresarios y empresarias sin cuya importantísima colaboración -y sin sus ‘pelas’- los carnavales grancanarios serían distintos. Olvidarles es un error; incluso una torpeza sobre la cual deberíamos reflexionar para recuperar su implicación. Pero si hay alguien que realmente merece un reconocimiento ese es Toledo Godoy, el indiscutible monarca del salseo en la Historia de los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria.

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