El alumnado suspende al servicio de comedor de la residencia de la ULPGC

Raciones deficitarias, abuso de fritos, cenas a base de sobras y escasa variedad, principales quejas de los usuarios sobre la comida del centro ubicado en Tafira

Comedor de la residencia universitaria de la ULPGC en Tafira.

Comedor de la residencia universitaria de la ULPGC en Tafira. / LP/DLP

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Raciones escasas, abuso de fritos, cenas a base de sobras y poca variedad de platos. Estas son las principales quejas que, de forma reiterada, denuncian los estudiantes de la residencia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) en el Campus de Tarifa sobre el servicio de comedor. Aseguran que el problema existe desde hace años, aunque el déficit de la comida, en cantidad y calidad, se ha agudizado en el último curso.

«Desde hace mucho tiempo, han habido las mismas quejas, son muy reiteradas, desde raciones escasas, la comida en mal estado, carnes quemadas, bichos en la comida, ayer mismo habían en la sopa gusanos. ¿Cómo es posible que eso se permita en una residencia universitaria?», comenta una universitaria, usuaria de la residencia de Tafira, que resume el sentir general de los compañeros y compañeras del centro que han expresado, de forma interna y a través de las redes sociales, su malestar por la calidad del servicio de comedor, gestionado por una empresa externa.

Prohibido repetir

El alumnado viene denunciando desde hace dos años que se quedan con hambre debido a la poca cantidad de alimentos que sirven en el menú y la «prohibición» de repetir. «A la hora de pasar a servir la comida, se nos ofrece un primer plato -compuesto por tres bandejas de comida-, en el que sólo puedes escoger una cosa, ya que suele ser de cuchara; y un segundo plato -compuesto por otras tres bandejas de comida-. En este último, en caso de elegir que te sirvan estas tres, solo te dan una pieza de cada una. Si les pides, por favor, que te pongan un poco más de cantidad, en ocasiones te restan algo de lo que ya tienes en el plato, o directamente se niegan, puesto que, según el servicio, tiene que dar para todos los residentes».

Rodaja de tomate con cebolla.

Rodaja de tomate con cebolla. / LP/DLP

También aseguran que el problema ya denunciado en 2022, del «mal estado de la comida, poco hecha o incluso cruda» sigue vigente a día de hoy. Una situación que se agrava en la cena «donde además de poca comida, suelen servirnos las sobras del almuerzo que muchos no se quisieron comer, y si ya tenía mala pinta a mediodía, imagínense por la noche».

Esto hace que la mayoría opte por comer fuera muchos días, con el consiguiente gasto extra, o acudan a las reservas del supermercado o a los servicios de reparto a domicilio.

Control sanitario

Sobre este problema, los responsables de la ULPGC señalan que el citado servicio de comedor de la residencia universitaria del Campus de Tafira es sometido cada 15 días a un control sanitario, y todos los informes emitidos al respecto han sido favorables. No obstante, han anunciado que el contrato con la entidad que tiene actualmente la gestión del comedor está en nulidad y la Universidad está tramitando una nueva licitación.

Una noticia que los universitarios acogen con ciertas dosis de escepticismo, pero también de esperanza. «Ojalá cambie pronto, pero ya se nos notificaron que iban a haber cambios hace años, y esto ha ido a peor. Somos estudiantes y la alimentación es fundamental para nuestro rendimiento», concluyen.