Artículos de broma

Confieso que he picado

El Papa Francisco.

El Papa Francisco.

Javier Cuervo

Javier Cuervo

Confieso que he picado. Vi la foto del Papa Francisco con un plumífero blanco entallado en la cintura y no la identifiqué como creada por inteligencia artificial. La imagen era tan increíble que solo podía ser cierta, como lo es todo el vestuario ceremonial, del párroco de aldea al sínodo de los obispos. Esos señores mayores vestidos con ropas talares elegantísimas, de telas lujosas y colores uniformes, superan en estética y coste la escena mayor de una superproducción de «space opera» de Hollywood. Si un Papa grisáceo como Benedicto XVI recuperó la coquetería bizantina de los zapatos rojos ¿por qué no iba a estrenar un Papa tan callejero como Francisco un «plumas» albar inmaculado?

Parece frívolo acercarse a la inteligencia artificial (IA) a partir de esta foto falsa y lo es, pero no más que todo el pensamiento anterior a la tecnología que aportan algunas aplicaciones de IA usado para confundirnos a unos y mantener las certezas de otros. Un poco antes de la irrupción de estas aplicaciones para uso corriente, ya habíamos quedado que a los fanáticos de los extremos la verdad se la trae tan floja como dura se la ponen sus creencias.

La inteligencia artificial lo que bombardea es la credibilidad, ese criterio en el que cada vez más lo acertado es creerse lo increíble y en el que no hace falta que nos engañen las apariencias porque nos gustan por sí mismas, como cuando vemos una supuesta foto de día anterior con Pablo Iglesias y Yolanda Díaz sonrientes y del brazo de la que nos advierten que ha sido creada por IA. Lo falso no se distingue de lo verdadero, lo que aprecia la mentira y deprecia la verdad. Pero eso estaba superado. Hay quien prefiere la bisutería a la joyería, como hay quien prefiere la ficción a la realidad, la monarquía a la república, el metaverso a la vida.

Lo nuevo de la IA es que dinamita la credibilidad y puedes no creer nada, ni lo verdadero ni lo falso y dejar todo a lo directamente constatable, algo que achica enormemente el mundo. Por poner un ejemplo de la infancia, ¿cómo sabes que Rusia existe si no has estado allí?

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