Sol y sombra

Spain is different

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont / Europa Press

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

España vuelve a ser diferente. Esta vez por razones distintas a las que nos tenía acostumbrados su idiosincrasia festiva. En Bruselas no se entiende por qué los socialistas españoles que hasta no hace mucho combatían la internacionalización del procés, cuando la buscaba Puigdemont, han decido ahora poner en las manos de un prófugo de la justicia el destino de un Gobierno. Tampoco se entiende que este país tome el derrotero de Hungría y Polonia, dos estados de la UE beligerantes con la independencia judicial. El nombramiento de un ministro plenipotenciario, Félix Bolaños, al frente de las carteras que representan los tres poderes –el ejecutivo, el legislativo y el judicial– es un claro indicio de cuáles son las intenciones del Gobierno en cuanto a controlar los pilares del Estado democrático. Una democracia empieza a no serlo cuando deja de existir la separación de poderes. Pactar la renovación del CGPJ pierde el sentido obligatorio que le quiere otorgar Bolaños si dentro de los planes del Gobierno no figura tomar medidas para mejorar el nombramiento de los jueces y, en cambio, el propósito sigue siendo que los nombren los políticos para continuar interfiriendo en su independencia. En la UE no preocupa únicamente el dilatado bloqueo del Consejo sino que no haya un acuerdo entre los dos grandes partidos que libere a los magistrados del yugo de la política y de los políticos de turno.

El último ejemplo de esa sumisión lo tenemos en que el Tribunal Supremo haya anulado el nombramiento de la exministra de Justicia Dolores Delgado como fiscal de la Sala de lo Militar, que promovió el fiscal general del Estado en funciones, a instancias cabe suponer del Gobierno. El mismo García Ortiz que ha sido incapaz de condenar, ante el estupor general, las acusaciones de persecución judicial pactadas por el PSOE y Junts. ¿Qué opinión puede merecer en la Europa democrática una desviación de poder de estas características cuando además está en marcha una ley de amnistía que maniata a los magistrados?

Suscríbete para seguir leyendo