A pie de página

La meta de la defensa europea

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa que ha ofrecido este viernes en Bruselas.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa que ha ofrecido este viernes en Bruselas. / EFE

Eliseo Oliveras

Las amenazas de Donald Trump de desentenderse de la OTAN y de la seguridad europea si vuelve a ser elegido en noviembre presidente de Estados Unidos han reactivado el debate sobre el desarrollo de una capacidad de defensa europea efectiva y creíble. Ante una prolongada guerra en Ucrania y las dudas sobre la fiabilidad del paraguas de seguridad norteamericano, la Unión Europea (UE) debe prepararse para tener una capacidad militar real propia. Los últimos sondeos indican una ventaja de Trump, con un 45% de intención de voto frente al 42% del presidente Joe Biden.

El 87% de los europeos piensa que la UE necesita una política de defensa común, según el sondeo que acaba de publicar la Fundación Bertelsmann. La cifra llega al 94% en España y al 90% en Italia, pero también es muy alta en Alemania (86%) y Polonia (85%), que han priorizado tradicionalmente la OTAN. Pese a que los gobiernos mantienen un firme control nacional sobre las cuestiones relacionadas con defensa y sólo han aceptado una cooperación voluntaria, se está abriendo camino la idea de crear un puesto específico de comisario de Defensa en la nueva Comisión Europea que surja tras las elecciones europeas de junio. La iniciativa figura en el borrador de manifiesto electoral del Partido Popular Europeo (PPE) y el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Rodoslaw Sikorski, estaría interesado en el puesto.

La fuerza nuclear francesa

Destacados políticos alemanes incluso apoyan que Europa tenga su propia fuerza de disuasión nuclear. El ministro de Finanzas alemán, el liberal Christian Lindner, señaló en el Frankfurter Allgemeine que, tras las declaraciones de Trump, Europa debe apoyarse en las fuerzas nucleares de Francia y el Reino Unido. Francia es la cuarta potencia nuclear mundial por ojivas activas después de Rusia, EEUU y China, y el presidente francés, Emmanuel Macron, ha ofrecido en varias ocasiones actuar como paraguas nuclear de la UE. El exministro de Exteriores, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, hizo un llamamiento en la revista Stern a ampliar las capacidades militares nucleares en la UE, porque necesita una fuerza de disuasión nuclear común, propia y creíble. La cabeza de lista socialdemócrata alemana a las elecciones europeas y vicepresidenta del Parlamento Europeo, Katarina Barley, también abogó por un ejército europeo con capacidades nucleares en el Tagessspiegel.

En la cumbre de la OTAN de 1999 se creó la Identidad Europea de Seguridad y Defensa en el seno de la Alianza. Pero ese pilar europeo ha tenido un desarrollo limitado debido al poco interés norteamericano, los vetos turcos y la hostilidad británica y de algunos aliados del este. A raíz del comportamiento de Trump como presidente de EEUU y de la invasión rusa de Ucrania, la UE comenzó a reforzar sus estructuras de defensa con: una cooperación institucionalizada (2017), un plan de desarrollo de la industria militar (2018), la creación del Fondo Europeo para la Paz (2021), la reorientación de ese fondo para financiar el envío de armas a Ucrania (2022) y un programa de compras en común para reforzar su industria militar (2023).

Pero la industria de defensa europea sigue infradotada, como revelan la imposibilidad de suministrar a Ucrania el millón de obuses al ritmo prometido y la compra en el exterior del 60% del equipamiento militar europeo. Las divergencias en estrategia industrial y militar entre Alemania y Francia también limitan los avances en la Europa de la Defensa. Mientras Alemania prima la compra de armamento a EEUU e Israel y ha reducido su interés en el desarrollo común de nuevos aviones de combate y tanques, Francia prioriza el fortalecimiento de la industria militar europea.