Opinión | Observatorio

Joan Tapia

Amnistía, sí. Presupuestos, no

Amnistía, sí. Presupuestos, no

Amnistía, sí. Presupuestos, no

El pasado jueves el Congreso aprobó (178 votos contra 172) la controvertida ley de amnistía. Debía ser el segundo arranque de la legislatura y permitir negociar los presupuestos de 2024. Pero no será así porque la anticipación de las elecciones catalanas ha trastocado el mapa político. En efecto, la primera consecuencia de la convocatoria catalana es que Sánchez ha tenido que renunciar a los presupuestos de 2024 porque era imposible que Junts y ERC los votaran juntos en plena batalla catalana.

Los presupuestos se retrasan así, hasta los de 2025, lo que tendrá consecuencias económicas y resta autoridad al presidente. Sin presupuestos, el Gobierno es menos Gobierno y tendrá que recurrir al decreto ley para las medidas que crea necesarias –como el impuesto a la banca– lo que le generará problemas.

Lo peor es que el Gobierno también ha mostrado su endeblez. La convocatoria catalana se ha debido a que un partido que es Gobierno –los Comuns del ministro Urtasun– ha impedido unos presupuestos catalanes pactados por ERC y el PSC. Los comunes están en Sumar y una parte de Sumar ha actuado contra la hoja de ruta de Sánchez –los presupuestos de 2024– sin que Sumar y la vicepresidenta Díaz hayan podido evitarlo. No son Bildu o Junts, sino una parte del Gobierno la que ha descolocado al Gobierno. Un socio de Sánchez le ha puesto la zancadilla tumbando los presupuestos catalanes y obligando a Aragonès a convocar elecciones para no ser un presidente en extinción.

Y fue un decreto ley de Yolanda Díaz –el del subsidio de desempleo– el que fue rechazado por el Congreso por el voto en contra de los cuatro diputados de Podemos sublevados contra la vicepresidenta. Bruselas ha dado ahora a España un nuevo plazo de dos meses para aprobar la reforma del subsidio y desbloquear así el pago de 10.000 millones de los fondos europeos. Añadámosle otros incidentes y la conclusión es que la inconsistencia no es ya la de la coalición de la investidura, sino la del pacto de gobierno PSOE-Sumar. Gobernar sin presupuestos, y por culpa de Sumar, es un viacrucis. Sánchez no puede prescindir de Sumar –que lo complica todo por falta de liderazgo de Yolanda Díaz– porque, sin Sumar, Sánchez se cae. Así el Gobierno se tambalea.

Además, aprobar los presupuestos habría amortiguado el desgaste originado por el escándalo Koldo-Ábalos, pero no va a ser así por Ada Colau, la real inspiradora del voto contrario a los presupuestos catalanes y a la que Yolanda Díaz está supeditada. La inmediata consecuencia es una pérdida de autoridad del presidente que intenta que lo del novio de Isabel Ayuso contrarreste algo el escándalo Koldo. Y exige a Feijóo la dimisión de Ayuso.   

El mapa político se ha descolocado. Tras Semana Santa vendrán las elecciones vascas, donde la gran incógnita es si el PNV seguirá siendo la primera fuerza pese al ascenso de Bildu. Y, más relevante y gane quien gane, si la suma del PNV y el PSOE tiene los 38 diputados necesarios para repetir la mayoría de gobierno. Solo si el PNV y el PSOE no sumaran 38, el PP vasco tendría peso.

Cuando se haya votado en Euskadi, empieza la campaña catalana, que tendrá aún más relevancia. Todo dependerá de si el PSC vuelve a ser la primera fuerza –como en las autonómicas del 2021 y en las últimas municipales y legislativas– y si el independentismo –desunido y peleado– no conserva la mayoría absoluta. O si, por el contrario, la amnistía sirve para que Puigdemont tenga un éxito electoral. Y el 9 de junio vienen las europeas, otra prueba de fuerza entre Feijóo y Sánchez. Uno necesita ganar con más fuerza que en julio y el otro, evitar el desplome.

Tras las vacaciones –y las negociaciones para ver si el pacto entre populares y socialistas se mantiene en Bruselas pese al previsible avance de la extrema derecha–, el momento de la verdad puede ser en octubre. ¿Le quedarán fuerzas y aliados a Sánchez, suponiendo que resiste hasta entonces, para negociar los presupuestos del 2025?

¿Soportará España el desbarajuste? Los resultados de las empresas –Inditex, Seat, banca, Aena– que se van conociendo son buenos, el PIB y el empleo aguantan mejor de lo esperado y vendrán más turistas que nunca. Si no fuera así…