Opinión | Piedra Lunar

La ropa vieja de pulpo

La ropa vieja de pulpo

La ropa vieja de pulpo / La Provincia

Con cuatro colecciones de cuentos y una novela en su haber, no nos sorprende esta nueva entrega literaria que nos hace el profesor universitario Gonzalo Ortega que, aun sin ser homogénea en su contenido, nos atrapa con un título llamativo y arriesgado. Casi todos los lectores que merodeamos por los confines literarios solemos tener entre nuestras manos de manera simultánea un par de obras ya sean de ficción o de ensayo. Es como si no nos saciáramos a la hora de escudriñar los contenidos de la creatividad o si quisiéramos apresar lo que sucede a nuestro alrededor. Y en verdad, la oferta que aparece en el entorno ya sea en suplementos literarios de la prensa de fin de semana o en revistas especializadas nos hace avaros de las ideas y del conocimiento.

Junto con el título que nos ofrece el profesor Ortega «La ropa vieja de pulpo y otras ficciones, Mercurio Editorial, 2023», estamos manejando la obra «Cháchara» (Paidós, 5ª impresión 2023) del psicólogo estadounidense Ethan Kross. En estas obras se pueden establecer algunos paralelismos, si no estrictamente literarios sí en lo que significa el procedimiento de creatividad.

La obra de Ortega recoge doce relatos que se convierten en un laboratorio de la creación narrativa ya que los diversos elementos que constituyen su arquitectura se plantean en estas páginas: monólogo interior, narración en primera persona; la tensión narrativa: «¡Mira que te lo dije! ¡No se puede llegar a estos sitios cerca del mediodía, después de haber estado más de una hora delante del espejo, Manoli! – ¡Paco,por favor, no empieces con uno de tus guineos! –Cállate, Paco…»; narración en tercera persona; la voz interior que se define en Cháchara: «una pregunta secreta martilleó por décadas la cabeza de Leandro Arrocha: la de si tiene sentido una vida sin libros»; la autoridad paterna y la diferenciación social: «-¡Te prohíbo que te eches de novio a ese malnacido! ¿Es que no te has dado cuenta de que esa gente es más baja que nosotros? La madre de la muchacha, con el visto bueno del padre, la quitó de la escuela y la puso a aprender a coser en el taller que ella misma regentaba».

La obra ofrece un amplio abanico de expresiones populares, frases lexicalizadas en el ámbito hispanohablante, que se recogen con acierto antes de que la no frecuencia de uso las haga desaparecer. Todos los cuentos tienen un marco de tipo rural, con un léxico que a modo de inventario recoge los nombres de diversas frutas, de flores propias del campo isleño; y expresiones como «tazón de leche con gofio de millo y sus dos rebanadas de pan con queso tierno»; «cachorra de fieltro gris», «no merita la pena», «la gente nueva», utilizadas por personajes populares o referidas a generaciones pretéritas, con clara referencia antroponímica, más próxima a lo campestre que a lo urbano (Wenceslao, Evangelina, Belisario, Crisóstomo de Jesús, María Maravillas, Saturnino, Leandro…). Asimismo, el uso de topónimos y expresiones geográficas como Los Escaramujos. Estas obras que tienen factura de profesores universitarios suelen estar precedidas del correspondiente prólogo que, en este caso, ha sido escrito por el profesor universitario Marcial Morera, investigador del léxico isleño, que nos ofrece unas muy acertadas reflexiones sobre las características lingüísticas y literarias de la obra de su compañero Gonzalo Ortega.