Opinión

Cuyás, el faro cultural de todos

Este espacio cumple 25 años como un referente inclusivo, independiente y de elevada calidad artística 

Teatro Cuyás

Teatro Cuyás

Los espacios culturales desempeñan un protagonismo crucial en la sociedad y se postulan como ámbitos esenciales para fomentar la creatividad, el intercambio de ideas y preservar el patrimonio intelectual. Un ejemplo mayúsculo en pos de este objetivo es la trayectoria del Teatro Cuyás, una joya cultural ubicada en el corazón de Las Palmas de Gran Canaria, que estos días celebra un cuarto de siglo brindándonos arte, emoción y excelencia escénica.

 En un mundo viciado por intereses políticos, la gestión del Teatro Cuyás con Gonzalo Ubani al frente, despunta con un halo de profesionalismo y calidad artística, fiel a un compromiso de enriquecer el panorama cultural sin injerencias ni tufos partidistas, pese a pertenecer a una entidad pública. 

Desde su última inauguración hace 25 años, el Teatro Cuyás ha recorrido un camino de distinción y dedicación hacia las artes escénicas. Su gestión, marcada por una dirección profesional y visionaria, ha permitido que el teatro se posicione como un referente en España, no sólo por la calidad de sus producciones, sino también por su esfuerzo en promover el talento local, nacional e internacional con más de un millar de funciones. Danza, teatro, performances o la inmortal zarzuela, desfilan año tras año por el Cuyás, que puede presumir de capacidad para ofrecer una programación variada y de alta calidad, que abarca desde producciones teatrales clásicas hasta propuestas innovadoras y vanguardistas. Esta diversidad refleja el esfuerzo por cubrir los gustos y necesidades de un público amplio, diverso y cambiante consolidando su posición como un espacio cultural inclusivo y accesible para todos.

 El que fuera el hermano menor del Teatro Pérez Galdós a principios del siglo 

XX, se erigió a lo largo de su intermitente historia como convento de clausura, teatro, circo y hasta cine. De hecho, y tras un incendio, varias quiebras y muchas vicisitudes, la proyección de películas durante décadas le dio mucha vida. Con un aforo para un millar de espectadores, el circo del cine de aquellos años bajó de forma definitiva el telón y se sumió en el fundido a negro en 1987, hasta que fue adquirido por el Cabildo de Gran Canaria, quien, tras una larga y profunda reforma, reabrió sus puertas un 14 de mayo de 1999.

A lo largo de estos años, su firme independencia y autonomía han sido imprescindibles para preservar su integridad artística y su capacidad de ofrecer una programación de primer nivel, libre de interferencias. En este dulce aniversario, celebra su contribución al mundo de las artes escénicas tejiendo una sólida red cultural. Este universo de encuentro y reflexión ha defendido el diálogo intercultural, fomentado el mestizaje ideológico y erigiéndose como pilar fundamental de la vida cultural de Canarias. 

En sus bodas de plata, el Teatro Cuyás no sólo conmemora un cuarto de siglo de éxitos y logros, sino que también otea el futuro con optimismo y determinación. Su legado de excelencia artística, le conmina a redoblar su compromiso con la sociedad y a vigilar su posición como eje indiscutible en el panorama cultural. Larga vida al Teatro Cuyás, faro cultural de todos.