El Hospital San José en Las Palmas es el centro médico de referencia en patologías de intervención urgente en urología, con soluciones eficaces, basadas en una tecnología única en Canarias de láser para el cólico nefrítico, mínimamente invasivo, y con una atención inmediata de profesionales sanitarios del equipo de Urología.
Los problemas urológicos son una de las causas más frecuentes en Urgencias con la retención urinaria, el cólico nefrítico, la hematuria (sangre en la orina) o las urgencias del prepucio, como las más habituales. El Hospital San José cuenta con una Unidad especializada en dar respuesta rápida en urología con la última tecnología.
Para el cólico nefrítico, el hospital San José en Las Palmas dispone de la tecnología más avanzada en la sanidad privada de Canarias, de forma que la urgencia se aborda con rapidez y con una solución eficaz. El Servicio de Urología de Hospital San José emplea una técnica endoscópica urológica por láser de Holmio con la que se deshacen los cálculos para extraerlos, en un procedimiento mínimamente invasivo y sin incisiones en la piel, que resulta altamente resolutivo y requiere una mínima estancia hospitalaria.
«Tratamos de forma eficaz las patologías urológicas urgentes»
Más rápido, eficaz, sin cortes en la piel y menos tiempo de ingreso, la Unidad de Próstata del Hospital San José en Las Palmas es la más avanzada y puntera, sumando a la tecnología de última generación su personal altamente cualificado.
Para tratar problemas de urología de atención urgente en Las Palmas, el hospital San José dispone del láser Dornier medilas H100, el más potente de la sanidad privada en Canarias, que integra una combinación única de láser y módulo de morcelación auxiliar. Este avance tecnológico se basa en grandes cantidades de energía transformada en radiación electromagnética que emite haces de luz, produciendo un efecto fototérmico con el que poder realizar distintos procedimientos, como ablación y corte de tejidos, litotripsia (fragmentación de litiasis) y vaporización tisular.
Qué es un cólico nefrítico y tratamiento
El cólico nefrítico es lo más común en los cálculos renales (nefrolitia). Se estima que alrededor de un 12% de la población sufrirá al menos un episodio de cólico nefrítico durante su vida, siendo la tasa de recurrencia de un 50-60%. Los síntomas del cólico nefrítico incluye un dolor inicial de carácter brusco que va incrementándose paulatinamente y que se irradia de forma característica, desde la espalda alta hasta la región genital. Puede acompañarse de otros síntomas, como náuseas y vómitos, agitación, hipertensión arterial, ganas de orinar frecuentes (polaquiuria) y urgencia al orinar. También, puede acompañarse de síntomas intestinales, como la distensión abdominal, producida por la obstrucción del tracto urinario superior a causa de un cálculo (lo más frecuente), una papila renal o un coágulo.
La formación y el crecimiento del cálculo renal tiene diferentes causas, según la edad, el sexo, la raza, el estado nutricional, el estado de hidratación y el clima. También puede asociarse a tomar poco líquido, a tomar demasiadas proteínas, sal y oxalatos.
El tratamiento inicial dependerá del grado de obstrucción, de cuánto dura un cólico nefrítico y de si se añade alguna complicación. El objetivo principal es eliminar el dolor y a conseguir que los cálculos sean expulsados o tratados. Para el dolor se emplean analgésicos alfabloqueantes que dilatan el uréter para ayudar a expulsar los cálculos, y en los en los que hay que actuar de forma más urgente el Servicio de Urología del Hospital San José emplea el láser de Holmio, la opción más innovadora y eficaz en este tipo de urgencias.
Dificultad para orinar: urgencia urológica más frecuente
La retención urinaria aguda es la imposibilidad o dificultad de orinar, como consecuencia de una obstrucción que impide que la orina pueda fluir libremente a través del tracto urinario. Aunque se puede presentar en cualquier etapa de la vida, esta patología se da con más frecuencia en varones mayores de 60 años, y su aparición se incrementa significativamente conforme la edad va aumentando, de manera que afecta al 10% de los hombres mayores de 70 años y a un 33% de los mayores de 80.
Puede producirse por diversas razones, como problemas relacionados con el agradamiento de la próstata (hiperplasia benigna de próstata), que es la causa más frecuente, o con el cáncer de próstata. También está vinculado con otros factores como la dificultad para orinar por beber alcohol, o la ingesta de determinados medicamentos, cálculos del riñón que obstruyen la uretra, infecciones urinarias, estreñimiento, estenosis de la uretra o tumores en la vejiga, que pueden precipitar la retención aguda de orina.
«Con el láser de Holmio fragmentamos las piedras que causan los cólicos nefríticos»
Los síntomas de retención de orina son la ausencia de emisión de orina, acompañada de un dolor fuerte en la parte baja del abdomen. Incluso, puede aparecer un bulto suprapúbico dado que, a medida que la vejiga se va llenando, la orina retenida provoca que esta se distienda. La sensación permanente de ganas de orinar es, asimismo, otro síntoma característico de este problema.
El objetivo del tratamiento es descomprimir la vejiga mediante la evacuación de orina. Para ello, se emplea la técnica de cateterismo uretral y, cuando el sondaje uretral está contraindicado, se aplica la cateterización suprapúbica.
Complicaciones de la retención urinaria
La retención urinaria y la incapacidad de vaciar por completo la vejiga de orina requieren del seguimiento de un especialista porque puede llevar a complicaciones graves e incluso poner en riesgo la vida del paciente.
Uno de los problemas más graves es la infección de las vías urinarias, ya que cuando estas se vacían completamente y la orina no sale del todo, las bacterias, normalmente presentes y habitualmente inofensivas, se multiplican y pueden provocar una infección. Si la infección se propaga a los riñones, pueden presentarse problemas graves como la sepsis.
La retención de orina puede provocar lesiones en la vejiga si no es tratada, porque puede estirarse demasiado o por periodos prolongados, ocasionando que los músculos de este órgano se lesionen y dejen de funcionar correctamente, aun cuando se haya solucionado la causa obstructiva que causaba la retención.
Las vías urinarias están diseñadas para que la orina que proviene de los riñones pase a través de los uréteres hasta llegar a la vejiga y acabe saliendo por la uretra, pero al no poder vaciarse la vejiga, la orina puede volver a los riñones y provocar una lesión renal. La presión retrógrada de la orina puede lesionar los riñones y causar una enfermedad renal crónica o insuficiencia renal.
Entre las consecuencias que provoca que la vejiga no se vacíe completamente, está el goteo o fugas de orina, la incontinencia urinaria, que es consecuencia de la presión uretral que hace que la orina acumulada se escape sin control.
A causa de la retención de orina se pueden producir cálculos o piedras en el riñón, masas duras que se forman en las vías urinarias y que causan dolor, hemorragia o infección, y pueden llegar a bloquear el flujo de orina. El proceso de formación del cálculo se llama urolitiasis, litiasis renal o nefrolitiasis y, según el lugar donde esté situado, hablaremos de cálculo renal, cálculo ureteral o cálculo vesical. La forma de presentación más común de los cálculos renales es el cólico nefrítico.
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