La dieta, lo que comemos, lo condiciona casi todo en nuestro cuerpo, para bien y para mal. Lo que ingerimos termina afectando a cada célula de nuestro organismo por eso es importante conocer hasta qué punto puede llegar a hacerlo.

La ciencia demuestra que hay nutrientes que afectan tanto a la velocidad a la que envejecemos como a las expresiones propias del paso del tiempo. Ninguno de estos nutrientes es milagroso y debe ser incluido de forma orgánica en una dieta sana a largo plazo, además de compaginarlo con hábitos saludables.

Fibra

La fibra es una parte no digerible que está en muchos alimentos y es un tipo de hidrato de carbono saludable. Nos ayuda a envejecer de forma más sana y cómoda. Algunas investigaciones concluyen que aquellos que consumen más fibra conviven mejor físicamente con el paso de los años.

Otras investigaciones afirman que añadir alimentos con fibra a la dieta habitual ayuda a reducir el riesgo de morir por diferentes causas y nos ayuda a vivir más.

La fibra se encuentra en muchos alimentos como diversas frutas frescas, semillas, frutos secos, legumbres...

Vitamina D

La mantequilla contiene vitamina D. LP/DLP

La vitamina D ayuda a regular algunos procesos como el fotoenvejecimiento y la carcinogénesis. Es clave también a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares y para mantener un peso saludable.

El contacto con la luz solar garantiza un sana cantidad de vitamina D en el organismo, sin embargo, una cantidad de ella debe de ser ingerida.

¿Qué alimentos contienen este nutriente? La yema del huevo, la leche y derivados, la mantequilla, los pescados grasos y las setas son algunos de ellos.

Ácidos grasos omega 3

Los ácidos grasos omega 3 son un nutriente que tiene un poder antiinflamatorio conocido desde hace ya tiempo. También ayudan a reducir las enfermedades cardiovasculares y el declive cognitivo. Estas características hacen a este nutriente perfecto en la lucha antiedad.

Estos ácidos grasos se encuentran en el pescado azul pero también en semillas y frutos secos.