Juan Cruz Ruiz defendió ayer el ejercicio de un periodismo dispuesto a no confundirse con el poder y sometido a la crítica. "No somos pontífices, sino vicarios de la realidad", aseguró el escritor y periodista tinerfeño, que censuró el hecho de que los informadores "nos hayamos creído demasiado pronto que nadie nos podía decir lo que pensaba de nosotros".

Cruz quiso recordar que los periodistas "se deben como profesionales a la gente", aunque reconoció que "en los últimos tiempos se han producido algunos malentendidos y hemos terminado creyendo que nuestro interlocutor es el poder, que formamos parte del poder". El adjunto a la dirección del diario El País se mostró partidario de un ejercicio de la información capaz de encajar las críticas externas. "Cada vez que le decimos a un periodista que se ha equivocado, invoca la censura, de forma que hemos acabado domesticando a nuestro favor la palabra censura y la palabra libertad", dijo.

Cruz abría ayer con su ponencia un curso dedicado a los medios de comunicación, organizado por la agrupación local del PSOE como parte de su escuela de invierno. Durante la alocución, fue recordando distintos momentos que han ido jalonando su trayectoria, para abrir una reflexión sobre el estado actual de esta profesión en momentos de profunda crisis para los medios de comunicación. También tuvo palabras para el periodismo escrito que se practica en Canarias, reclamando la existencia de un proyecto "inédito" hasta ahora, de implantación regional.

Al rememorar sus inicios como periodista en Tenerife, recordó el poco prestigio social y a la precariedad que marcaban hace cuarenta años esta profesión. "En el oficio vivíamos trampeando gracias a la publicidad encubierta, los periodistas vivíamos pendientes del poder económico y del poder político, que mandaba mucho", explicó.

También hizo referencia a su etapa como corresponsal en Londres, primer trabajo que asumió en el entonces emergente diario El País, labor por la que cobraba 40.000 pesetas mensuales. "Yo quería comerme el mundo, quería comerme Londres", recordó respecto a una época a la que se siente con derecho a mirara con nostalgia.