España y EE UU firmaron ayer un nuevo hito en la historia de la navegación con la llegada a Baiona del primer robot submarino que cruza el Atlántico sin motor y aprovechando las corrientes marinas. Su travesía entre Nueva Jersey y Galicia durante más de 225 días y 7.400 kilómetros dotará a la comunidad científica internacional de información crucial sobre las condiciones del océano para predecir su comportamiento contra el cambio climático, mejorar las infraestructuras portuarias y diseñar unas rutas marítimas más eficientes y rentables.

Este pionero proyecto impulsado por la Universidad de Rutgers y con el que colabora Puertos del Estado, la Universidad de Mallorca y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), inaugura una nueva etapa en las relaciones entre ambos países basada en la cooperación científico-tecnológica. El ministro de Fomento, José Blanco, y el representante de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca Jerry Miller, presidieron ayer los actos de bienvenida al sumergible El caballero escarlata, bautizado en España como Piolín.

Los datos recogidos por el planeador, cuya travesía fue seguida por científicos de la ULPGC, sobre densidad del agua, salinidad, temperatura y profundidad, monitorizados desde Nueva Jersey por un grupo de estudiantes dirigidos por el investigador Scott Glen, serán una importante ayuda para "la actualización del Plan de Infraestructuras y Transportes del Ministerio de Fomento y la creación de autopistas del mar sostenibles", explicó José Blanco, encargado de devolver oficialmente el batiscafo a EE UU tras su desembarco.

Tal es la importancia que la Administración Obama concede al proyecto que el propio presidente norteamericano recibirá en Washington al sumergible en las próximas semanas y ya le tienen reservado un hueco al glider en los museos del instituto de investigación Smithsonian al lado del Spirit of St. Louis, el primer avión que cruzó el Atlántico sin escalas, y el módulo de mando del Apolo XI.

HAZAÑA INTERNACIONAL. La frenética agenda de Piolín en tierra comenzaba a las nueve y media de la mañana con un acto institucional en la Capitanía Marítima de Baiona en el que participaron el presidente de Puertos del Estado, Fernando González Laxe; el jefe de Clima del organismo, Enrique Álvarez Fanjul; Dean Goodman, decano de la Universidad de Rutgers; Richard Spinrad, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU, y Jerry Miller, enviado americano.

El responsable de Puertos del Estado destacó durante su intervención que la información recogida por el batiscafo "permitirá desarrollar unas infraestructuras portuarias más útiles y seguras, competitivas y respetuosas con el medio ambiente".

Y no es éste el único beneficio que obtendrá el Ejecución nacional de esta experiencia, cuyos datos oceanográficos contribuirán además a acometer en 2010 "la optimización de las rutas marítimas".