La lucha tenaz de cooperantes y ONG contra el hambre y el desierto en África parece que va ganando terreno en las regiones desérticas de Mauritania. Con el objetivo de mejorar la dieta y la calidad de vida de sus habitantes la Asociación Canaria de Cooperación Solidaridad Internacional (Accsi) con sus proyectos humanitarios ha recuperado terreno árido para la producción agrícola, diversificando cultivos, recuperando especies locales en riesgo de desaparición, y creando un cinturón de vegetación que ha impedido el avance del desierto en las 20 hectáreas en las que se ha realizado el proyecto.

El proyecto ha sido financiado por el Gobierno de Canarias con 58.147 euros (75 por ciento) del total del presupuesto, para plantación de especies vegetales autóctonas y la formación del personal de las cinco pequeñas wilachas (pueblos) de la región.

Según Néstor Padrón, responsable de la organización , Accsi lleva realizando desde 1995, proyectos de ayuda al desarrollo en diversos países de África y Latinoamérica. "En esta ocasión, durante tres años, se ha dado apoyo a la ONG mauritana EPI (Espoir pour L'Inchiri), para la recuperación de terrenos degradados y para evitar el avance del desierto, en la región de Inchiri", ha afirmado Padrón.

Así, precisó que las sucesivas sequías agravan la desertización del país y, por ello, hay que aprovechar los pocos días de lluvia para almacenar el agua. "La producción y diversificación agrícola se ha plasmado en el aumento del 50% del cultivo del sorgo (un cereal de zonas áridas), y en la introducción de plantas hortícolas como tomates, berenjenas y melones, así como árboles frutales", enumera.

Las actividades realizadas para alcanzar los objetivos previstos consistieron en el vallado y acondicionamiento de 20 hectáreas (200.000 m²) para plantación de especies vegetales y autóctonas, así como formación del personal local. "Las cabras y los camellos se comían los cultivos. Así como la fijación de diques con piedras y dunas para evitar que el viento arranque los cultivos".

También se ha instalado un vivero en el que se han desarrollado un total de 20.000 plantas de árboles frutales, especies hortícolas y de reforestación. Para ello, se ha construido un pozo de 15 metros, que sube el agua con una motobomba, hasta dos depósitos y poder regar los cultivos.

La formación del personal local, se ha realizado mediante jornadas técnicas de reforestación, cultivos hortícolas y sensibilización medioambiental.