El Claustro de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) decidirá el próximo martes en sesión extraordinaria la concesión del título de Doctor Honoris Causa al artista José Dámaso Trujillo (Agaete, 9 de diciembre de 1933) a propuesta del rector de la institución académica, José Regidor.

El rector ya anunció en la última reunión del Consejo de Gobierno de la Universidad grancanaria, hace dos semanas, la intención de incorporar al claustro de académicos ilustres de la ULPGC a Federico Mayor Zaragoza, ex ministro de Educación del Gobierno de España y ex director de la Unesco (organismo de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura), que expresó su agradecimiento y aceptación del título, y a otra personalidad del mundo de la cultura que no reveló hasta que no le fuera comunicado al interesado la pretensión del inminente nombramiento.

Pepe Dámaso expresó ayer a este periódico su "gran ilusión" ante la expectativa de que se le entregue la distinción académica a la vez que manifestó "prudencia y discreción" en sus valoraciones hasta que el Claustro no confirme el doctorado honoris causa.

"Es un reconocimiento que agradezco enormemente. A mis años es algo fantástico, pero aún tiene que decidirlo la comunidad universitaria", subrayó.

El pintor y escultor agaetense se encontraba ayer en Tenerife para intervenir en uno de los actos organizados con motivo de la exposición César Manrique. La conciencia del paisaje, una retrospectiva sobre el gran artista lanzaroteño, gran amigo de Dámaso, que la Fundación CajaCanarias ofrece hasta el 10 de agosto en su espacio cultural de la capital tinerfeña. Una muestra que viajará después a Las Palmas de Gran Canaria para exponerse a partir del 14 de septiembre en el Centro de Arte La Regenta.

Precisamente Manrique, de cuyo legado se encarga de avivar en todas las ocasiones posibles el pintor y escultor grancanario, bien sea en un coloquio con escolares sobre la creación artística en un colegio público, o defendiendo con firmeza sus ideas acerca de la necesaria renovación turística del Archipiélago con el enfoque que siempre reivindicó incansable Manrique.

"Estoy emocionado por la propuesta. Y la agradezco tanto si sale como si no", declaró Dámaso acerca de la intención del equipo de gobierno de la ULPGC . "Para mí es suficiente con que se valore mi obra y me quiera la gente", añadió.

El que sería su primer título honorífico del ámbito universitario, si el Claustro confirma la próxima semana el nombramiento, proviene de una institución académica que cuenta en su catálogo patrimonial con varias obras del artista.

Un artista que, asimismo, es autor del mural que ocupa el friso externo del paraninfo de la Universidad grancanaria.

Una muestra de la producción y la actividad de Pepe Dámaso que, cercano a cumplir los 80 años el próximo 9 de diciembre ("¡Qué son solo unos pocos meses que restan para llegar a esa edad en una larga vida como la mía!", decía ayer atribuyéndose ya las ocho décadas), continúa si cabe más activo que en las décadas en las que le acompañaba el vigor de la juventud.

"La vitalidad y las ganas son las mismas. Pero tengo que decirme a mí mismo, convencerme, de esa edad y seleccionar mis actividades en una agenda que es muy apretada", explicaba el artista.

Parte de esas demandas que se le realizan desde distintos ámbitos de la sociedad canaria tiene que ver con el enorme activismo social y la potente vitalidad que adornan su reconocida capacidad artística.

Numerosas exposiciones durante los últimos años corroboran esa madurez de su producción que no cesa de prodigarse y multiplicarse en el taller de su casa, en el barrio de La Isleta de la capital grancanaria.

Una muestra del trabajo de la época más postrimera de su fructífera trayectoria artística, que empezó en exposiciones colectivas en 1952 para en 1960 iniciar las individuales, y que justifican algunas de las distinciones más sobresalientes que ha recibido hasta el momento.

Además del Premio Canarias de Bellas Artes (1996), Pepe Dámaso es Hijo Adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria, y Premio Magister de la Real Academia Canaria de Bellas Artes (2009), de la que fue designado miembro en 2010.

Su obra está inspirada en la cultura vernácula y derrocha una estética e imaginación con las que profundiza en la identidad isleña.