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Ciencia Proyectos afectados por la crisis

El 'crack' del I+D+i canario

La falta de ayudas frenan avances científicos como el primer helicóptero no tripulado nacional, en el que participó la ULPGC

Prototipo del primer avión-helicóptero no tripulado LP/DLP

2010 era la fecha prevista para poner en marcha el primer helicóptero-avión no tripulado en el mundo y desarrollado bajo la tutela del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), por un amplio equipo de investigadores de diferentes centros españoles, entre los que figura la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a través del Instituto Universitario para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación e Comunicaciones (Idetic), que preside Rafael Pérez.

Este proyecto, junto con un nuevo modelo de semáforos para la población invidente diseñado por el Idetic, son dos ejemplos de avances científicos que se han visto frenados por una crisis económica que ha hecho especial mella en los presupuestos para la I+D+i en España.

"Desde 2010 no ha habido financiación de proyectos por parte del Gobierno canario. La última convocatoria de becas salió hace unas semanas, con fecha a 30 de diciembre de 2014 pero para resolverse en 2015, con lo cual estamos ante cinco años sin nuevos becarios de investigación en la comunidad autónoma, ni proyectos financiado directamente de forma competitiva. Eso significa que cualquier proyecto que se estuviera haciendo no tiene financiación, no tiene vía de continuidad y que el personal que pudiera estar formándose tampoco ha tenido opciones para poder desarrollarse", indicó Rafael Pérez.

A ello se le ha sumado la reducción del 40% de los presupuestos del Estado para la I+D, afectando a investigaciones estrellas, como es el caso del Proyecto Platino, en el que un consorcio formado por unas 20 empresas y diez universidades, ente ellas la ULPGC, trabajó entre 2008 y 2010, dirigido por el INTA.

Este proyecto apuntaba a un nuevo avance en el terreno de la aeronáutica, un híbrido de helicóptero y avión no tripulado, para emisiones de vigilancia. Se trata de una aeronave no tripulada con aspecto de helicóptero que también despega y aterriza en vertical, y cuya innovación radicaba en disponer bajo el fuselaje unas alas que se pueden desplegar en pleno vuelo para convertirlo en un avión impulsado por una hélice de cola.

El aparato fue diseñado para cubrir durante más tiempo amplias distancias en misiones de vigilancia marítima y de fronteras, así como operaciones de riesgo como la extinción de incendios. Se trataba del proyecto estrella del programa Plataforma Ligera Aérea de Tecnologías Innovadoras (Platino).

La aeronave estaba equipada con cámaras de infrarrojos y radares y, dependiendo del tamaño en que se fabricaran, podrían despegar y ser manejadas desde puestos de control instalados en buques de la Armada o patrulleras de Salvamento Marítimo o de la Guardia Civil. "Es decir, que entre sus múltiples funciones podían enviar imágenes en tiempo real para detectar, por ejemplo, la presencia de cayucos".

Los investigadores del Instituto Idetic de la Universidad grancanaria diseñaron para este proyecto sistemas de comunicación en el interior del aparato. En concreto, el control de los sistemas de vuelo mediante una novedosa tecnología basada en el uso de dispositivos láser. "La aeronave se diseñó e incluso llegó a volar, se hicieron las pruebas de vuelo en Vigo en 2011, y el sistema funciona perfectamente. Lo que faltaba era el empujón final de hacer ya el modelo definitivo para la comercialización. Esto es como comprar un coche y no pagas la última letra y al final te quedas sin nada", subrayó el catedrático de la Universidad de Las Palmas.

Entre las particularidades que presentaba la aeronave figuraba también un sistema interno de comunicaciones diseñado por los científicos del Idetic, donde se sustituyeron los cables por sistemas de fibra óptica y, como sistema secundario, el uso de dispositivos láser para la comunicación a través del ordenador, dentro del aparato.

Las ventajas de dicha tecnología desarrollada desde la ULPGC radicaba, por un lado, en la reducción del peso del aparato y, por otro, en eliminar los problemas que afectan a los mecanismos de radiofrecuencia, ya que, "cuando una cosa de estas ilumina un radar estropean los mecanismos de radiofrecuencia y una de las formas de evitarlo es este sistema óptico", explicó Rafael Pérez.

Lámparas LED

En esta misma situación se encuentra otro proyecto realizado por el grupo de investigación de Tecnología Fotónica de la División de Fotónica y Comunicaciones del Idetic, un nuevo modelo de semáforos para la población invidente que, a través de un dispositivo similar a un GPS, no sólo le indicará a la persona que puede cruzar la calle, sino el sitio físico exacto en el que se encuentra. La tecnología, desarrollada con lámparas LED, tiene un bajo coste y reduce el consumo de energía. "Este proyecto está hecho, finalizado, e incluso recibió el premio Vodafone a la Innovación en Telecomunicaciones", apuntó el investigador.

El proyecto se sustenta en sistemas de iluminación de lámparas LED utilizadas como dispositivos emisores de información. Su objetivo inicial era paliar uno de los problemas que tienen los semáforos para ciegos, "porque aunque son sistemas de audio, sólo pitan y además la persona invidente que está en una esquina puede estar oyendo dos semáforos a la vez y no sabe cuál se está abriendo".

El grupo de investigación, coordinado por el catedrático Rafael Pérez, patentó un modelo en el que la luz verde del semáforo, además de centellear e iluminar, envía una señal que se recibe en un sistema cuya versión final la llevará el invidente, bien incorporada a unas gafas o un bolsillo como si fuera un MP3, con un auricular.

A través del sistema, cuando una persona ciega pasa delante de un semáforo, recibe un mensaje de audio que le indicará la calle en la que se encuentra, su situación respecto a otras vías y si puede cruzar o no, de forma que las indicaciones faciliten su autonomía a la hora de moverse por la ciudad.

Su desarrollo era inminente en 2010, porque había un acuerdo con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para ponerlo en marcha. "El Ayuntamiento capitalino iba a invertir en el mismo, e incluso llegamos a redactar el convenio, pero cuando lo enviamos a la corporación, se quedó en el limbo administrativo, nunca se llegó a firmar y no se llegó a ejecutar el proyecto. Eso fue a a finales de 2010, principios de 2011, pero nunca se supo que pasó con ese convenio".

El sistema de semáforos es un proyecto innovador, con reconocimiento internacional, que ha quedado paralizado en España, aunque existen conversaciones para implantarlo en otros países. "Nuestro trabajo es el desarrollo tecnológico pero no podemos asumir la parte de convertir algo en un proyecto comercial, entre otras cosas porque si lo hiciéramos se nos acusaría de hacer competencia desleal a las empresas", informó el investigador.

Ambos proyectos, el helicóptero no tripulado, y el semáforo para invidentes, constituyeron en su momento un gran avance científico con marca España. Sin embargo, los recortes paralizaron su desarrollo.

"El panorama es desalentador. En estos años de crisis, proyectos de la comunidad autónoma cero, y la inversión por parte del Estado ha bajado un 40%. Además, las partidas que se han generado para I+D son créditos que en muchos casos se han quedado sin cubrir porque las propias empresas no podía pedirlos. Es decir, se da la paradoja que había dinero para investigación que no se ha solicitado porque la universidad no puede pedir un crédito, no podamos ir a ese tipo de convocatorias, y las condiciones de esos créditos tampoco eran mejores que las que daba el mercado".

Respecto a la última convocatoria de proyectos competitivos nacionales, Rafael Pérez destaca un incremento importante de la demanda motivado por la reducción de los mismos. "La financiación ha caído más del 40%, con lo cual, en la última convocatoria de 2013 la ULPGC obtuvo siete proyectos frente a los once o dice habituales. Al bajar la cantidad de fondos ha subido mucho el nivel de exigencia, y el umbral para que te den el proyecto es más alta. Esto lo que hace es que busquemos fuentes de colaboración externa, trabajos fuera de nuestro país, donde nosotros ponemos el conocimiento pero claro, los resultados se quedan fuera de España", concluyó el científico del Idetic.

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