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Educación

Canarias se salta las recomendaciones de la OCDE

Un informe del mismo ente que redacta el informe PISA, y que pagó el Gobierno canario, desliza una serie de sugerencias, para corregir el fracaso escolar, que en su mayoría no se han cumplido

Alumnos en un aula del instituto Santa Teresa. JUAN CARLOS CASTRO

Un político piensa en la próxima elección; un estadista, en la próxima generación. Esa idea, sobre la que han reflexionado tipos como Otto von Bismarck o Winston Churchill, vale para analizar la situación de la educación en Canarias, un sistema bajo sospecha -de nuevo- por los resultados del informe PISA 2015 (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos). Los datos señalan que los escolares de 15 años de las Islas firman las peores notas del estado, junto a los de Andalucía y Extremadura, en áreas temáticas como Ciencias, Lectura y Matemáticas, pero también revelan que el Gobierno regional se ha saltado buena parte de las recomendaciones que le planteó en 2012 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) -la misma institución que redacta PISA- para corregir el fracaso escolar en el Archipiélago.

El Ejecutivo regional, presidido entonces por Paulino Rivero, solicitó la elaboración de un expediente para evaluar -y encauzar- el sistema educativo en Canarias. El Gobierno dio el paso entonces alarmado por los resultados del informe PISA 2009, un documento en el que los estudiantes de las Islas ya aparecían en el vagón de cola estatal en comprensión lector, competencia matemática y competencia matemática. Ese informe se pagó con dinero público. "Los preparativos para la revisión se iniciaron en abril de 2011", se detalla en la página cuatro del dosier de la OCDE, "y el equipo revisor visitó las Islas en junio de 2011". "El Gobierno de Canarias", remata, "aportó los fondos para dicha revisión".

En el prefacio de este texto, la institución internacional, ya apunta que "los representantes del sistema educativo y de la sociedad civil ya eran conscientes de muchas de las cuestiones que han dado lugar a los datos de PISA [en referencia al informe de 2009]". "Pese a que se ha realizado", prosigue, "un esfuerzo genuino para reformar y mejorar el sistema educativo en Canarias, parece que se fundamento lógico no ha sido completamente consensuado o explicado a las partes implicadas, que se sienten excluidas del debate. Y aunque todas las partes del sistema educativo funcionan", recalca, "no parece que lo hagan de forma coordinada o que colaboren en pro de un objetivo común".

El escrito, bajo el título de Sistemas fuertes y reformadores exitosos en la educación. Orientaciones de PISA para las Islas Canarias, se divide en siete capítulos, en los que se analizan aspectos como la gestión y los recursos del sistema educativo del Archipiélago, el interés, motivación y conducta de los estudiantes, el papel de padres y familias en la estructura escolar, la situación del profesorado o el nivel de los centros y el trabajo de sus directores. Esa escaleta se cierra con una serie de hallazgos, recomendaciones y medidas de cara a futuro que, cinco años después -y con los resultados del informe PISA 2015 en la mano- no se han tenido en cuenta.

El informe parte desde una dura realidad: los estudiantes canarios, en 2009, obtuvieron una puntuación media en Lectura de 448 puntos, 45 por debajo de la media de la OCDE y 33 por debajo del promedio estatal; en Matemáticas, la media general fue de 496, la de España se situó en 435; y en Ciencias, los escolares del Archipiélago sumaron 49 puntos menos que la media OCDE -más de un año de escolarización por detrás- y 36 menos que el promedio nacional.

Con esos números como base, en un territorio en el que el 75 % del alumnado estudiaba entonces en un colegio público, el 20 % en uno concertado y el 5 % restante en un privado -con mejores resultados en las escuelas de régimen de pago-, la OCDE redactó una serie de hallazgos -como la alta tasa de desempleo, las desventaja socioeconómicas de los alumnos canarios o el bajo nivel de educación superior de los padres- y de sugerencias -como la cesión de competencias, por parte de la consejería de Educación, a los centros, el desarrollo de una cultura de evaluación en el Archipiélago o la calidad de la enseñanza-.

Los consejos realizados al propio Gobierno de Canaria en el documento apuntan que "la consejería ganaría si explicara públicamente las políticas educativas y su justificación de forma más exhaustiva. A la hora de proponer reformas, resulta útil señalar expresamente las consecuencias que tendrán para las distintas partes interesadas y como se van a atenuar las posibles consecuencias".

Entre las recomendaciones, en el capítulo sobre estudiantes y aprendizaje, la OCDE destaca en el informe de 2012 "la escasa participación de los padres en la vida escolar que podría estar relacionado con la actitud de los centros hacia los progenitores". También señala que "los estudiantes canarios dedican muchas horas a las clases de lengua y matemáticas en comparación con el resto de alumnos de España y su rendimiento no es mejor. Este hecho suscita interrogantes sobre la calidad de la enseñanza". En base a ese apunte, Canarias, en el informe PISA 2015, se mantiene firma las peores notas del país en matemáticas.

La OCDE también resalta en su dosier que "la jornada escolar en Canarias, que consiste tan solo de una mañana larga sin interrupciones, es inusual y parece plantear problemas a alumnos, profesores y padres". Además, pone el acento sobre "el largo receso veraniego (menos necesario en Canarias que en otras regiones españolas con veranos más calurosos) parece comportar una pérdida en la capacidad de aprendizaje.

Mejores incentivos

Entre las sugerencias, aparece "fomentar una mayor participación de los padres y la familia en la vida escolar" o "formar a los profesores, especialmente a los de secundaria, para que sepan identificar a los estudiantes que tienen necesidades educativas especiales".

Al Gobierno de Canarias, en el informe, se le solicita "revisar todas las condiciones contractuales de los profesores, considerar si estas siguen siendo las apropiadas teniendo en cuenta el trabajo específico que realizan los docentes y los objetivos del sistema educativo [reconociendo que el Ejecutivo debería elevar una consulta al Estado, ya que los profesores son funcionarios], mejorar la estructura de la carrera profesional docente o reformar las estructuras de remuneración y compensación, como atraer a los nuevos candidatos en función de contratos más que de puestos de por vida, introducir mejores incentivos económicos para aquellos profesores que logren mejorar el rendimiento de sus alumnos o poner en marcha un sistema de jubilación anticipada para aquellos profesores que ya no sean completamente eficaces puedan abandonar la profesión con honorabilidad".

La OCDE también propone "promover la rendición de cuentas a los padres, un estudio o análisis del centro en su totalidad y una evaluación en intervalos regulares, que los directores tengan mayor autonomía para reasignar recursos dentro de las partidas presupuestarias del centro", culmina.

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