UGT expresó ayer su sospecha de que, tras el impuesto a las bebidas azucaradas y la bollería industrial que estudia instaurar el Gobierno canario en las islas, se esconde, en realidad, la intención de establecer nuevas medidas fiscales para "favorecer a los empresarios".

La organización sindical sitúa, entre ellas, la disminución del IGIC turístico, una reivindicación histórica de las patronales del sector.

El secretario general de la UGT en Canarias, Gustavo Santana, entiende que "gravar los refrescos y la bollería podría buscar compensar el descenso en la recaudación que provocarían las mejoras fiscales para los empresarios". Y recuerda que el actual IGIC no ha impedido que Canarias continúe batiendo récord de ocupación y supere, año tras año, todas las expectativas, aunque "lamentablemente" no ha tenido "un efecto directo en el empleo o en la mejora de condiciones laborales, pero si en los casos de explotación".