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La ciencia en casa

Desenlaces súbitos y sin evidencias

Una investigación ayuda a identificar 22 genes de esta causa de fallecimiento

La muerte súbita en el fútbol volvió a las portadas de prensa esta semana con el capitán de la Fiorentina, cuyo fallecimiento estremeció al mundo del fútbol. ¿Por qué? Es lo que se preguntaron aficionados y el ámbito de la medicina del deporte en general, tras conocer que el futbolista de élite había realizado un electrocardiograma pocos días antes. Davide Astori, de 31 años, habría sufrido una bradiarritmia, una alteración del ritmo cardíaco, por causas naturales. La autopsia determinó que la muerte sobrevino por una disminución progresiva del volumen de latidos del corazón con resultado de parada. Aún así, el lunes trascendió que la Fiscalía italiana investigaba para indagar posibles negligencias.

La muerte súbita cardiaca es un fallecimiento no violento e inesperado que ocurre durante la primera hora desde el inicio de los síntomas o, si se produce en ausencia de testigos, cuando la persona fallecida ha sido vista en buenas condiciones físicas durante las 24 horas anteriores al episodio letal. Actualmente en España muere súbitamente un joven menor de 35 años cada cuatro días por culpa de una arritmia maligna.

La cardióloga experta en arritmias Pilar Cabanas-Grandío, matiza que las autopsias son claves, dado que "no siempre una muerte súbita es de origen cardíaco". De todos modos, la experta confirma que existen "arritmias malignas" o trastornos cardíacos que debutan en corazones sanos y jóvenes". Un ejemplo de esta dolencia sería la "fibrilación ventricular idiopática". Y que en estos casos podrían no existir episodios previos -como desvanecimientos-. Tampoco avisos previos: "Este tipo de arritmias pueden no tener una expresión eléctrica en el momento en el que se realiza un electrocardiograma; ya que hay patologías que solo se detectan en pruebas de esfuerzo", añade. "Afortunadamente estos casos son muy infrecuentes, pero cuando ocurren son muy mediáticos".

Los capítulos de muertes inesperadas no son desconocidos en el fútbol español. Tristemente, la muerte súbita del italiano se suma a una lista de desaparecidos célebres en nuestro país, como Jarque y Antonio Puerta. El capitán del Espanyol, Daniel Jarque, fallecía con sólo 26 años a consecuencia de un paro cardíaco en 2009 y sacudía los ánimos de los aficionados y del fútbol en general. Demasiadas similitudes con la muerte dramática de Antonio Puerta dos años antes, en 2007. También en Europa en 2008 el fallecimiento del camerunés Patrick Ekeng durante un encuentro fue prácticamente televisado.

Más recientemente y sobre el terreno de juego perdía la vida Nacho Barberá, jugador del equipo cadete del UD Alzira (categoría de 15-16 años). El adolescente murió a principios de febrero, mientras se encontraba jugando al fútbol según confirmó el club valenciano.

Hace unos años los expertos médicos de la FIFA desvelaron que entre 2008 al 2012 habían contabilizado en todo el mundo la muerte por problemas cardíacos de 84 jugadores de fútbol mientras disputaban un partido o entrenaban.

Sigue siendo un evento raro, porque lo normal es que este tipo de muerte súbita sea secundaria a una patología cardiovascular. Lo que explica estos casos en jóvenes, aunque a veces no llega a saberse, suele ser una alteración genética "que no causa alteración estructural en el corazón", por lo que el problema pasa desapercibido en los numerosos controles médicos a los que se someten los jugadores.

Estudios

La causa de muerte de un indi- viduo joven fallecido súbitamente queda sin resolver tras la autopsia en casi un 50% de los casos, en los que se sospecha de arritmia cardiaca. Varios estudios han tenido como objetivo analizar genéticamente los casos postmortem con sospecha de arritmia con el fin de identificar mutaciones genéticas relacionadas con patologías cardiacas que podrían explicar el fallecimiento repentino. Un 40% de los casos analizados eran portadores de variantes genéticas que podrían ser responsables del fallecimiento repen- tino. De éstos, el 28% mostró correlación familiar, indican dos informes de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Otra investigación con participación española determinó 22 genes asociados a la muerte súbita. El estudio involucra a casi 200 centros de todo el mundo. y su coordinadora en España, es la gallega María Brión, especialista en Cardiología genética.

Los estudios genéticos, como avala la SEC, no sólo permiten identificar la causa arrítmica de la muerte súbita de un individuo joven, sino que además permiten realizar un estudio familiar. Y los estudios familiares confirman la patogenicidad de la alteración genética y permiten identificar a aquellos familiares que son portadores de la variante genética y están, por tanto, en riesgo de muerte súbita.

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