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Cuatro algas nativas inician el camino a la industria de la cosmética y de la salud

El BEA selecciona especies de Sardina y El Hierro ricas en antioxidantes

Cuatro algas nativas inician el camino a la industria de la cosmética y de la salud

Cuatro algas nativas procedentes de Sardina del Norte, El Hierro y Fuerteventura y que forman parte de la colección del Banco Español de Algas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se postulan como base de nuevos productos biotecnológicos en el campo de la cosmética, de la salud y de la nutrición, fundamentalmente. Se trata de los primeros resultados del proyecto Rebeca, en el que participa el BEA, creado para fomentar la Biotecnología Azul en la región Macaronésica y el noroeste de África.

En este marco, el Banco Español de Algas, el Instituto Tecnológico de Canarias y la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (Spegc) del Cabildo, han unido sus recursos en conocimiento y gestión para favorecer la atracción y creación de un tejido empresarial en torno a las microalgas.

El BEA, encargado de la recolección de las microalgas y el análisis de sus propiedades, ya ha seleccionado tres cepas de fucoxantina (propiedades antioxidantes), dos procedentes de una campaña realizada en la zona de la erupción volcánica de El Hierro y una de Sardina del Norte en Gran Canaria; y una de espirulina nativa de Fuerteventura, para la producción de polisacáridos, indicada para la fabricación de bioplástico.

"Dentro del proyecto Rebeca estamos buscando nuevas fuentes de lípidos para cosmética, alimentos..., fundamentalmente beta-glucanos (hidratos de carbono). Además de nuevas fuentes de proteínas, nos centramos en los antioxidantes, principalmente la fucoxantina, un pigmento que contienen la mayoría de las algas pardas, de color marrón, que se utilizan mucho como complementos antioxidantes en nutracéutica", indicó Antera Martel, directora científica del BEA, y encargada de su colección de cultivos integrada por unas 1.700 cepas.

La función del BEA en dicho proyecto consiste en analizar y seleccionar las algas que mejor crecen y más metabolitos de interés industrial producen. Ya se han seleccionado cuatro, que se derivarán al ITC a los que les corresponden el siguiente paso, que es comprobar la capacidad de producción y rendimiento para su producción a gran escala por parte de empresas biotecnológicas.

"Con nuestra colección detectamos la composición de nuestras algas, jugamos con todos los parámetros de luz, temperatura y nutrientes, para conseguir biomasa con la mayor cantidad de metabolito de interés (proceso biotecnológico). Y además tenemos la capacidad de salir del laboratorio y cultivarla a pequeña escala, para dar una mayor aproximación del comportamiento en condiciones externas. Los resultados los pasamos al ITC donde, a través de su planta de demostración, harán el cultivo a escala semiindustrial, de forma que garantice al empresario que apueste por esta actividad, su viabilidad como base de nuevos productos en el mercado", apuntó Martel. "La idea es que esa planta, con las algas que nosotros seleccionamos aquí, sea la base para que nuevas empresas u otras ya existentes que apuesten por la biotecnología de algas, comprueben que funcionan".

Este es el principal objetivo del proyecto europeo Rebeca, que reúne diferentes colecciones de cultivo de microalgas de la Macaronesia, centros de I+D y a la Administración pública, con la misión de conservar y poner en valor la biodiversidad y servir de embrión para el desarrollo e implantación de una industria innovadora basada en el cultivo de las microalgas y cianobacterias que suponga una motor económico y la mejora de la calidad de vida de la región.

De los resultados del proyecto se beneficiarán las empresas biotecnológicas en el ámbito de la alimentación, nutracéutica, cosmética y de la salud; los sectores primarios de la agricultura (biofertilizantes, biopesticidas) y la acuicultura (piensos, moléculas funcionales); y, de forma directa o indirecta, el sector servicios del turismo gracias al uso racional de los recursos naturales y de la oferta de productos locales.

El primer paso de esta plataforma de colaboración entre Canarias, Azores y Madeira, así como Cabo Verde y Mauritania, fue el de constituirse como una red de excelencia en biotecnología azul. Parten con una colección de unas 2.000 cepas de microalgas, 1.670 aportadas por el Banco Español de Algas, y cerca de 400 por el ITC y otros socios como la Universidad de Azores. El proyecto está financiado con 2,35 millones de euros, aportados en un 85% con fondos europeos Feder. La iniciativa se enmarca dentro de los programas Interreg MAC 2014/2020 y surge a partir de la Plataforma de Excelencia en Biotecnología de Algas (PEBA), apoyada por el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y la ULPGC, y promovida por el ITC, la Spegc y el Banco Español de Algas.

Contempla tres acciones fundamentales. La primera es la creación de la red de colecciones de cultivo de microalgas y actividades biotecnológicas relacionadas; así como la valoración y caracterización de nuevas cepas nativas para la industria.

En segundo lugar, la producción y procesado de microalgas y desarrollo de productos derivados; la implementación de tecnologías industriales, sostenibles desde el punto de vista medioambiental; y la demostración de la viabilidad técnica y económica del desarrollo de la Biotecnología azul y verde en la Macaronesia.

Y por último, la promoción de la plataforma entre empresas demandantes de servicios de biotecnología y desarrollo de programas de incubación de nuevos proyectos lanzados por emprendedores de biotecnología de algas abarcando desde la monitorización técnica, la económica, la comercial y la financiera.

El papel de Azores, que ha creado su propia colección de cultivo, es el análisis de cianobacterias y toxinas en algas, con fines tanto medioambientales como desde el punto de vista de aplicación a procesos médicos (patrones para análisis, inhibidores de procesos metabólicos...).

Madeira, por su parte, trabaja en la producción de bioplásticos a partir de polisacáridos de microalgas. "Como aún no tienen colección, desde el Banco Español de Algas le pasamos cultivos nuestros para que ellos analicen el valor en la producción de polisacáridos y la aplicación de los mismos a los bioplásticos. A modo de ejemplo, ya tienen tres trabajos fin de grado, y uno de ellos centrado en la producción de material sanitario para problemas de la piel (heridas, quemaduras...) y productos de hidratación, todo ello con algas del BEA", subrayó Antera Martel.

Los socios de Cabo Verde están actualmente formándose en el BEA para, con su ayuda, crear su propia colección de microalgas y cianobacterias. "Ya tenemos los planos de cómo vamos a hacer su laboratorio y estamos impartiéndoles el segundo curso avanzado. En el tiempo que ellos están aquí, vamos a generar las primeras algas de la colección de Cabo Verde, que de momento se mantendrán en el BEA", apuntó la directora científica.

Respecto a Mauritania, de momento es un socio observador. "Está presente en las reuniones para seguir el desarrollo del proyecto, y el último año nos traerán muestras suyas que aislaremos y mantendremos aquí, en el BEA. La idea es que en un próximo Rebeca 2, podamos montar allí su colección", anunció la investigadora Antera Martel.

Sobre el reto empresarial, la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (Spegc) juega un papel importante aportando apoyo logístico para la promoción de esta actividad en el entorno empresarial, facilitando el contacto con las empresas, y favoreciendo la gestión de las mismas para llevar a cabo sus proyectos en la Isla. Como ejemplo, han abierto un servicio de atención a emprendedores, que permite, a todos los interesados, consultar de forma gratuita los requisitos necesarios para montar una empresa; a lo que se suma las gestiones realizadas para eliminar las barreras legales y administrativas, y los trabajos relacionados con las certificaciones y autorizaciones de cultivos de diferentes especies.

El Banco Español de Algas es, además, miembro de Bioasis Gran Canaria, plataforma promotora de la biotecnología azul y la acuicultura en Gran Canaria, a través de una importante colaboración pública interinstitucional en la que participan el Cabildo de Gran Canaria, a través de la Spegc, el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), a través del Banco Español de Algas (BEA) y el Instituto Universitario de Acuicultura y Ecosistemas Marinos Sostenibles (IU-Ecoaqua).

Bioasis Gran Canaria pretende dar acceso y facilitar a las empresas del sector una serie de ventajas que hasta ahora suponían una barrera para el inicio de cualquier actividad relacionada con el cultivo de especies marinas. Además del cultivo convencional de peces, moluscos y crustáceos, la plataforma presta especial atención a la producción y procesado de microalgas, que a través de la extracción de sus componentes bioactivos dan lugar a productos de alto valor añadido con aplicaciones industriales.

La iniciativa está dirigida a los emprendedores que cuentan con un proyecto viable para dar valor y generar economía en una gran variedad de ámbitos, desde nuevos complementos alimenticios, fármacos, productos cosméticos, cultivo de especies de consumo humano (langostinos, oreja de mar, abalón...), e incluso de macroalgas o acuariología.

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