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Entrevista | Fernando Jáuregui

Fernando Jáuregui: "El político ya no piensa en España y en el bien común , sino en él mismo"

"Vox nace por un descontexto generalizado con el bipartidismo; no está destinado a perdurar", afirma el periodista

Fernando Jáuregui. LP / DLP

¿Cuáles eran las principales complicaciones para los periodistas a la hora de ejercer su labor durante la Transición?

Habría que distinguir dos épocas distintas. La primera, con una censura brutal y simplemente ridícula. Después hubo que ir abriendo cauces y lo hicimos al mismo tiempo que la clase política, porque era algo nuevo para todos y teníamos que ir haciendo camino al andar.

¿Considera que era necesario un homenaje a estos profesionales?

Más que un homenaje, este libro se ha planteado como un proyecto de vida. Estamos diciendo que estábamos allí y que somos parte de la historia, con todos los fallos y flaquezas que tuvimos, a veces con un excesivo compadreo con los políticos, porque hicimos el camino juntos. Pero, a pesar de todo, creo que el balance global es bastante positivo.

Echando la vista atrás, ¿se ha valorado toda esta labor de los periodistas?

No lo sé, supongo que sí. Pero creo que los periodistas teníamos mejor fama y prestigio que ahora. Lo hemos ido perdiendo, como le ha ocurrido a la clase política, y tenemos que asumirlo.

¿A qué se puede deber este descrédito?

A que hemos claudicado muchísimo. Hemos hecho cesiones tremendas y nos hemos olvidado de un principio sacrosanto que es aquel de "noticia es todo aquello que alguien no quiere que se publique".

¿Ha contribuido a esta situación el auge de las nuevas tecnologías?

No, más bien es que nos hemos vuelto muy acomodaticios y nos hemos olvidado de que el periodismo tiene que ser algo presencial, lo que significa que cuando ocurre algo tienes que levantarte del asiento e ir y ese pequeño detalle lo hemos olvidado y es muy malo haberlo hecho. Ahora parece que estamos en la generación Google, creyendo que solo mirando en el buscador lo tienes todo y no es así.

Y las redes sociales se han convertido a la vez en altavoz, donde cualquiera puede dar una noticia.

Pero muy acríticamente. Hay que volver al periodismo crítico, el de verdad, plantarse críticamente hacia lo que ves y, sobre todo, ante las falsas noticias, que son muchas, empezando por muchas encuestas de opinión. Eso, sin hablar de las falsedades puras y duras que se dan todos los días. Los periodistas nos hemos vuelto partidistas, estamos alineados y demasiado comprensivos con lo que hacen los partidos. Todo ello nos está haciendo perder prestigio. Las redes sociales en general, y Twitter en particular, parecen que están para denostar al periodista, lo que también contribuye a nuestro desprestigio.

¿Cuál debe ser la misión actual del periodista en España?

La de siempre, que es contar las noticias y reflejar la realidad tal y como tú la ves, no como la quieres crear. Es algo bien sencillo, habría que volver a los viejos hábitos y recordar, como he dicho anteriormente, que noticia es todo aquello que alguien no quiere que se publique.

En la actualidad, ¿hay temas más sensibles de tratar?

Ahora todos los temas son sensibles, porque estamos en una crisis política brutal. Llevamos tres años y medio donde no se legisla ni se avanza nada, ni tan siquiera se pacta. Además, la figura del jefe del Estado está siendo cuestionada todos los días de manera tremenda y nadie hace nada, es algo realmente preocupante. Lo que deberíamos hacer sería hablar con conocimiento de causa primero, ya sea en las tertulias o en las columnas de opinión. La gente se pierde en la brillantez de la columna, pero se olvida del contenido y de que hay que documentarse bien. Estoy viendo una falta de conocimientos brutal entre mis compañeros en general y yo mismo confieso que muchas veces en una tertulia me he visto obligado a opinar sobre determinadas cosas de las que no tengo ni idea. En ese caso, siempre intento callarme o, por lo menos, no gritarle demasiado al resto.

¿Es complicado comprender y, sobre todo, explicar la situación por la que atraviesa España?

Es muy complicado, pero hay que comprenderla y, sobre todo, no tirar la piedra más lejos de la realidad que los demás, inventándonos lo que nos da la gana. Hay que volver a los viejos buenos principios, que consistían en colocarse críticamente ante la noticia, mirarla e intentar contar lo que no cuentan lo demás y hacerlo mejor. En definitiva, las viejas esencias del periodismo, porque no se ha inventado nada nuevo.

¿Cómo valora la crisis interna que ha atravesado el partido de Pablo Iglesias?

Podemos era un fenómeno muy coyuntural, basado en las ambiciones y personalismos de algunos más que en las ideas. Llegó despreciando a los demás más que construyendo y esto, al final, se paga. Había, sin duda, un descontento con el bipartidismo y con que los grandes partidos se hubieran olvidado de la gente, que se abrazó a otra cosa. Y es lo que está pasado ahora mismo con Vox en el otro extremo. Además, hay un trasvase de votos de Podemos a Vox. Estamos hablando simplemente de un descontento generalizado, una patada en las espinillas a la clase política, que ha degenerado mucho con lo que había en la Transición. Ahora no piensan en España y en el bien común y en los ciudadanos, sino en ellos mismos. El propio Feijoó, en un acto de presentación de mi libro, dijo que Partido Popular y Partido Socialista se estaban olvidando de los ciudadanos y solo pensaban en ellos mismos. Si los políticos lo reconocen, qué esperan que digamos nosotros. Y luego salen cosas esotéricas como Vox, que no está destinado a perdurar mientras no se baje de la jaca el señor Abascal.

¿La relación de los políticos con los periodistas ha cambiado?

Estamos en un momento de involución también en cuanto a las relaciones con los medios. Me acuerdo que las relaciones con Unión de Centro Democrático (UCD) eran casi modélicas, vistas ahora desde la distancia, aunque tampoco fueran perfectas. Las relaciones con las diferentes clases políticas de la época eran estupendas comparadas con ahora, que nos maltratan. Que no me hablen de transparencia porque, por parte de algunos de los esos partidos políticos, nunca la ha habido. Cierto es que algunos lo son más que otros y ciertos personajes son especialmente herméticos, pero, en general, hay que decir que lo mismo que Alberto Feijoó, que solo piensan en ellos.

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