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Hipólito de la Torre

"Canarias fue un enclave fundamental durante las guerras mundiales"

"El Tratado de Versalles fue un elemento decisivo que provocó la gestación de la Segunda Guerra Mundial", afirma

Hipólito de la Torre durante una conferencia en la casa museo León y Castillo. juan castro

El Tratado de Versalles pretendía la paz, pero consiguió todo lo contrario.

Claro, porque en realidad fue un castigo. Alemania nunca olvidó la humillación a la que se vio expuesta después de la Primera Guerra Mundial. Hubo años en que ese resentimiento estuvo apaciguado, pero después del crash del 29 volvieron todas las tensiones y resurgió la rebeldía alemana. En esa etapa apareció el político nefasto que fue Hitler y al final se desembocó en la Segunda Guerra Mundial.

Se podría decir que este pacto es una de las causas directas de la guerra.

Es uno de los elementos más decisivos, sí. El nacionalismo herido que siente Alemania desde entonces, mezclado con una fuerte crisis financiera, se encauzó en una política de guerra que dirigió un líder inhumano. Esto se anuncia así desde el año 33, por lo menos.

¿Qué es lo que ocurre en el periodo de entreguerras?

La primera fase es muy difícil por todo lo que debe reconstruirse, pero luego llegan años en los que parece que se amortiguan las tensiones y la gente tiene la esperanza de que todo vuelva a ser como antes. Las debilidades de fondo seguían existiendo y venían de atrás, y eso al final acaba por confluir y matar los resquicios positivos. La paz duró muy poco. Viene la ruptura de las relaciones internacionales. En los años 30 el mundo vuelve a centrarse en una dirección que conducía hacia la guerra.

¿Cómo afecta a los países que se habían mantenido neutros?

La responsabilidad siempre fue para los países que participaron en la guerra y que tenían mayor peso en el mundo. Sin embargo, la neutralidad en los países que estaban sujetos a la presión de los grandes en verdad no valía para nada. Entrasen o no entrasen, en el fondo se vinculaban a unos u otros. España estuvo a punto de entrar a finales del segundo semestre del año 40, pero no dio el paso decisivo y se salvó el régimen. Siempre tuvo la posición de neutralidad concordante con el carácter periférico.

¿Qué papel tiene Canarias en esta época?

Tiene una presencia muy importante en el ámbito náutico, por su localización atlántica. En los momentos de crisis en la Segunda Guerra Mundial, Canarias fue un elemento fundamental para que por un momento se pensase que Franco y Hitler pudieran converger en esta política. La posición de las Islas en el mundo podría haber favorecido mucho el plan estratégico de los alemanes porque están en un enclave de choque frontal con las potencias occidentales como Inglaterra o Francia.

Por otro lado, el desgaste emocional que tuvo que sufrir la población fue tremendo.

Sí, y ese factor humano ha sido muy importante en el desarrollo de la historia. La matanza terrible de la primera guerra y las circunstancias psicológicas a raíz de la gran depresión derivaron en una tensión tan grande en las masas que fueron aprovechadas por los líderes como Hitler. La desmoralización general y una presión en aumento son lo que conduce al extremismo de las posiciones políticas y al empuje de los radicalismos nacionalistas tan agresivos como el alemán. Se fue a pique el sistema de valores, pero ya desde la Gran Guerra. Eso sólo fue creciendo a lo largo de los años.

¿Cómo ha afectado Versalles al mundo de hoy?

Creo que la consecuencia o la lección que podríamos extraer de este suceso histórico es que es muy difícil la concordia a partir de la imposición. Se señaló a Alemania como responsable directo de la guerra y eso no favoreció la conciliación, sino que acrecentó los rencores. Esto es novedoso, porque nunca antes se había tachado de forma tan radical a un país en las otras grandes crisis mundiales. Se supone que en el pacto se contemplaron todas las opciones, pero no parece así. Creo que fue sin duda un error. Los anglosajones lo vieron pronto y quisieron mantener sus distancias de las posiciones francesas que fueron más duras. El modo impositivo nunca debería ser la manera de hacer las cosas.

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