¿El programa de itinerarios culturales de Europa tiene algo que ver con las pretensiones de la Unesco?
Este programa del Consejo de Europa no es exactamente el programa de la Unesco, pero está orientado en poner en valor el patrimonio y los paisajes en una red europea de itinerarios culturales. Este tipo de programas interesa ahora que se presenta la candidatura de Risco Caído y los espacios sagrados de montaña de Gran Canaria al Patrimonio Mundial de la Unesco.
¿Puede decirse que el Consejo de Europa y la Unesco se complementan, aunque uno se deba al continente y la otra al mundo?
El Consejo de Europa actúa de manera diferente a la Unesco porque hay que pasar una primera criba nacional y luego, una vez que estas candidaturas las reúne el país miembro, van luego al comité de la Unesco, que evalúa si reúnen o no los requisitos que exige el programa.
Las candidaturas al Consejo de Europa son distintas.
Tenemos un programa similar, pero las candidaturas tienen que ser de varios países a la vez, no para un único conjunto, sino para unos itinerarios. Por ejemplo, hay un proyecto de itinerarios que está votando también el Gobierno canario, y más concretamente el Cabildo de Tenerife, sobre Las Cañadas del Teide.
Usted ha estado ligado más de tres décadas al Consejo Europeo.
He sido 33 años funcionario del Consejo de Europa y jefe del departamento de Cultura, Naturaleza y Patrimonio.
Por su larga experiencia, ¿la designación de Risco Caído como Patrimonio Mundial es complicada o factible?
Hay que pasar el primer filtro. Cuando uno mira las candidaturas, todas tienen méritos, pero Unesco ha puesto una serie de filtros porque hay muchas candidaturas, aunque solo se puede votar una por país y por convocatoria.
¿Pero cree que Risco Caído cuenta con suficientes méritos para optar al reconocimiento?
El problema no es que Risco Caído no tenga los valores paisajísticos y culturales, que sí los tiene. Hay que valorar no solo cómo un mismo territorio fue utilizado por los aborígenes y los castellanos que vinieron con la conquista, sino que también tiene que competir a lo mejor con una catedral u otro paisaje de los demás países que tienen unas determinadas características.
¿El hecho de competir ya puede ser considerado un éxito en el sentido de que se está trabajando adecuadamente?
Se está trabajando de una manera seria, eso sin duda. Los países que presentan más de una candidatura es porque quieren jugar a caballo ganador. Los temas de patrimonio mundial son muy prestigiosos pero también muy amplios: entre el conjunto del mudéjar aragonés, lo digo porque soy aragonés, hasta los lugares donde los aborígenes africanos hicieron alguna proeza. Es un tema muy variado.
¿Se busca también la singularidad y la originalidad?
Sí, claro. Hay muchas catedrales góticas y parques nacionales, como el de Doñana. Hay una gran variedad. Lo que reconoce este sistema es la valoración de lo que es bastante singular. A lo mejor una catedral gótica normal de Francia o de Italia no destaca tanto porque hay muchas, mientras que paisajes como el de Risco Caído son más originales y menos vistos.
¿Cuántos itinerarios culturales tenemos en Europa?
Tenemos 33 itinerarios culturales en Europa. Este año con este programa nos han dado el premio Carlos V. Nos lo ha dado Su Majestad el Rey, y es la primera vez que se da a un programa. Aunque una vez se le dio a la persona que había inventado el programa Erasmus. La primera experiencia de itinerario cultural europeo se certificó hace 36 años, y en España fue el Camino de Santiago, como no podía ser de otra manera.
¿El Consejo de Europa fomenta estos itinerarios y rutas continentales?
Se pone en valor y se intenta fomentar la conservación del Camino de Santiago para que otros países europeos disfruten de él. Se ha pasado desde hace 30 años, que había 3.000 peregrinos registrados, a este año que ha habido 340.000. Todos los itinerarios culturales tienen detrás a mucha gente.
Patrimonio y turismo cultural parecen conceptos atractivos.
Nosotros pensamos que siempre es mejor que haya un turismo cultural. Hablamos de todo lo que nos cuesta mantener el patrimonio, pero también nos sirve para el turismo. El turismo es una industria muy importante, sobre todo en sitios como Canarias, y que representa el 14% en países como España, pero también el turismo es bueno para llevar a la gente a nuestro patrimonio, sobre todo en el campo ya que lo rural está más abandonado. El turismo cultural podría permitir el desarrollo de esas zonas abandonadas de la España vacía. El camino de Santiago, por ejemplo, ha llenado zonas rurales de España y las ha dotado de actividad económica.
Por tanto, hay alternativa al turismo de sol y playa.
No es excluyente con el turismo cultural y del medio ambiente. El Teide tiene muchos visitantes, pero no solo eso, hay recursos de caminos y zonas rurales. En Tenerife están proyectando zonas de turismo rural y senderismo. Lo mismo en Lanzarote y otras islas. Todo lo que tenga que ver con el paisaje. Si uno destroza el paisaje, al final nadie quiere venir.
