Manuel Perdomo salió de su domicilio, la mañana del lunes, con un plan premeditado: matar a Ángeles Vega Medina, una mujer que, tras romper la relación sentimental que había unido a ambos durante un tiempo, empezaba a rehacer su vida. Familia, deporte, amigos... Con dos cuchillos como compañeros de viaje, él se dirigió a la calle Cebrián, donde ella trabajaba como empleada de hogar para una familia. Allí, en un barrio que conocía al detalle -aunque residía desde hace años en Agaete se había criado en Arenales-, logró colarse en la casa para perpetrar otro feminicidio en Canarias, el séptimo en lo que va de año en las Islas, tras asestar 13 puñaladas a Ángeles. Luego, en el lugar del crimen, Manuel se suicidó.

El primero en llegar y contemplar la escena en el interior de la casa fue un policía nacional que estaba fuera de servicio. Antes, mientras paseaba por la calle Cebrián, había oído los gritos desesperados de una mujer. El agente, primero, intentó tirar la puerta abajo para entrar en el edificio; luego logró acceder al domicilio a través de la azotea de un inmueble colindante. Cuando llegó al lugar donde se encontraba Ángeles ya no había nada que hacer. Minutos después, la unidad de emergencias que se plantó en el corazón de Arenales certificó la muerte de ambos. Él, de 50 años, por suicidio; ella, de 49 años, asesinada.

Entre las primeras personas que se desplazaron hasta el hogar de la calle Cebrián en el que Ángeles trabajaba fue uno de sus hermanos, que recibió asistencia psicológica tras recibir la noticia. Fue precisamente en la familia donde la mujer asesinada buscó refugio tras romper la relación sentimental que mantenía con Manuel durante la última primavera. Dejó el domicilio que ambos compartieron en Agaete para trasladarse hasta la casa de su madre, situada en la urbanización de La Guitarrilla.

En Arucas, durante los últimos meses, Ángeles recibió el apoyo de una psicóloga para hacer frente a las secuelas que le había dejado Manuel tras años en pareja. Frente al empeño de la mujer por rehacer su vida siempre merodeó la sombra de su verdugo, tanto que ella incluso barajó la posibilidad de presentar una denuncia contra él, posibilidad que descartó por recomendación de su entorno. Al menos así consta en el servicio de vigilancia de la violencia machista que comparten todos los cuerpos de seguridad, donde no se había registrado ninguna acusación contra él.

El acoso de Manuel sobre Ángeles fue constante. Un vecino de La Guitarrilla, apuntó el lunes a este periódico, que hasta el pasado viernes había merodeado con su vehículo por la zona donde ahora vivía la mujer. Tres días después la mató en su puesto de trabajo.

La protección, prioritaria

24 horas después de este feminicidio en Las Palmas de Gran Canaria, su alcalde -Augusto Hidalgo (PSOE)- afirmó en declaraciones recogidas por Efe que la protección de la víctima de la violencia machista debe estar "en primer lugar" y que las instituciones deben ponerse de acuerdo para garantizarla. "Tenemos que ponernos de acuerdo", añadió, "para que la protección de la víctima esté en primer lugar, incluso, desde el punto de vista social, desarrollar elementos que permitan detectar donde se pueden producir estos casos". "Debemos ser capaces de poder detectarlos", recalcó.

Con esta muerte, son ya siete las mujeres que han perdido la vida este año como consecuencia de la violencia machista en Canarias, además de un niño que también fue asesinado junto a su madre, una situación que el alcalde ha calificado de "dramática". "Aunque haya sido el primero que se produce desde hace mucho tiempo en la capital, para nosotros un solo caso, es dramático", reiteró. "Estamos consternados".

El alcalde de la capital grancanaria aseguró que han hecho una "apuesta decidida" en el ámbito de la cobertura y la seguridad de la mujer, como, por ejemplo, "creando la Casa de La Mujer, que es una infraestructura totalmente novedosa". A pesar de lo anterior, reconoció que el camino por recorrer aún es "muy largo", aunque espera que "muy pronto" la violencia machista "se quede en una mala noticia del pasado" y no en la "triste realidad de nuestro presente".

Javier Doreste (Podemos), primer teniente de alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, defendió ayer que querer llamar de otra forma a la violencia machista es "alinearse con los asesinos de las mujeres".

Doreste criticó que "algunos quieran esconder y negar que existen" las víctimas de la violencia machista y que "ciertas fuerzas de la derecha hayan hecho el juego a ese discurso".

Este caso eleva a 45 el número de mujeres asesinadas por violencia de género en 2019 -siete de ellas en Canarias, a las que hay que sumar un menor asesinado junto a su madre en Adeje (Tenerife)-, y a 1.020 desde que comenzaron a contabilizarse en el registro oficial, en 2003.

El 016 es el número de atención a las víctimas de violencia machista. No deja rastro en la factura, pero hay que borrarlo del registro de llamadas.