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Entrevista | José Luis Mola

"Mi filosofía en 50 años ha sido la prevención del paciente"

"La relación farmacia- médico debería potenciarse más porque muchos clientes no siguen los tratamientos", afirma

"Mi filosofía en 50 años ha sido la prevención del paciente"

Jubilarse tras casi medio siglo de ejercicio farmacéutico implica una gran experiencia. ¿Cuánto ha cambiado la farmacia en ese largo tiempo?

Ha cambiado mucho sin perder su esencia que siempre ha sido la información y la elaboración de los medicamentos. No cabe duda de que en estos casi 50 años la farmacia ha ido caminando hacia el paciente, hacia la prevención. Yo comencé en un local muy chiquitito en La Minilla. Como solo estábamos el cementerio y yo, decía de broma a la gente: Si usted no quiere ir allí, pase primero por aquí. Esa broma, es el fondo de una filosofía que he intentado desarrollar a lo largo de mi historia profesional: la prevención. Quizás en el aspecto sanitario se olvidan muchas veces los políticos de que en la prevención está muchas veces la calidad de la vida de las personas, ponerse menos enfermas y algo que les preocupa mucho a ellos, el gasto sanitario.

¿Cómo se debe potenciar la relación farmacia-médico?

Parte de mi profesión la he desarrollado también en tareas del Colegio Farmacéutico, tanto de vicepresidente como de presidente, unos 18 años. Hablaba con diversos consejeros a los que decía siempre que la relación farmacia-médico tenía que potenciarse cada vez más porque no nos damos cuenta de que muchas personas no siguen los tratamientos que les manda el médico. Antes los crónicos, diabéticos, e hipertensos iban cada tres meses al médico. Ahora acuden dos veces al año a no ser que tengan otra enfermedad que les obligue a volver. Por eso la farmacia es el primer eslabón de la cadena sanitaria, porque nosotros vemos lo que los pacientes se toman o se dejan de tomar.

¿Qué opina de la receta electrónica?

Las herramientas de la digitalización con las que se ha evolucionado mucho en la farmacia, como por ejemplo, la receta electrónica, han supuesto un gran avance. Llevamos ya 20 años de estas recetas y ahí tenemos una comunicación con el centro de salud donde podríamos decirle al médico que un paciente no sigue el tratamiento para que lo vigilaran. Se trata de ideas que acoge muy bien la Administración cuando las expongo, pero que no se llevan después a efecto. Hoy día la sociedad está muy informada, pero menos formada. Y los sanitarios tenemos que formar a la gente en cómo esa cantidad de información que le llega por google, por ejemplo, puede asimilarla y contrastarla.

Usted estimuló en las redes que los clientes y empleados opinasen sobre su servicio. ¿Está satisfecho de la respuesta?

Es una iniciativa que ya la nueva generación, en este caso, mi hija, lleva a cabo. No he dominado lo de las nuevas tecnologías porque lo mío ha sido más la conversación diaria con el paciente en la atención farmacéutica.

¿Aún es posible la relación y cordialidad personales entre el farmacéutico y los clientes?

Mucho y cada vez más. Una de las actividades que más he desarrollado ha sido que la farmacia evolucione hacia el paciente al que hay que tratar individualmente y no en un simple mostrador porque cada uno tiene su problemática. Por eso, el seguimiento farmacoterapéutico del enfermo y la dosificación de los medicamentos hay que hacerlos personalmente. Las nuevas tecnologías dan la posibilidad de comunicarse con mucha gente y ayudan al contacto personal que es fundamental.

¿Y hasta qué punto puede asumir el farmacéutico una petición de consejo no avalada por la receta médica?

Si se trata de un tratamiento menor el farmacéutico está capacitado para ello. Hay estadísticas que dicen que de cada cuatro personas que entran a una farmacia con una petición de ese tipo se marchan varias sin nada porque el profesional les recomienda que acudan al médico, es decir, que no siempre cuando viene alguien pidiendo algo se le da porque uno de los consejos puede ser que acuda al médico a que le diagnostique, le prescriba y venga con la receta.

La industria farmacológica es a veces cuestionada por la supuesta manipulación comercial de los productos. ¿Lo cree justificado?

Es un terreno muy amplio. No cabe duda que hoy en día la industria farmacéutica ha logrado una serie de medicamentos muy importantes que hacen que la vida se nos alargue, pero también hay gente informada y otra que no, gente que lo hace bien y otra que no.

¿Qué causas motivan el que un medicamento desaparezca de repente de las farmacias, obligando a los consumidores a consultar con su médico el sustitutivo?

En los últimos dos o tres años estamos teniendo un problema en toda España de desabastecimiento de una serie de moléculas. Afortunadamente, como hay muchos medicamentos que son lo mismo ese problema lo estamos solucionando con los productos genéricos. De un mismo principio activo hay cinco, diez o 20 medicamentos iguales, por lo que si falla uno siempre existe otro. Ha habido casos puntuales de medicamentos que no se pueden sustituir que nos han creado muchos problemas y se ha tenido que recurrir a pedirlos al extranjero. Las causas pueden ser variadas. Nos han hablado del Brexit, pero también de falta de materia prima porque hoy en día la exportan China e India y se elaboran después los productos en los países europeos. En ocasiones ha habido escasez de materia prima en medicamentos que no encuentran sustituto. Esos casos nos preocupan y también a las autoridades sanitarias.

¿Cómo evoluciona en estos tiempos el factor confianza, que ha sido tan potente?

La farmacia, desde la antigüedad hasta ahora, siempre ha tenido una cercanía al paciente. España es el país europeo donde el 98% de la población tiene una farmacia muy próxima, de barrio, no como pasa en otros lugares donde se ha distanciado mucho de la población. La cercanía hace que la relación farmacéutico-paciente haya sido siempre muy íntima.

Como presidente y vicepresidente que ha sido del Colegio Oficial de Farmacéuticos, sin duda tiene muy claras las cosas que pueden mejorar el ejercicio de su profesión...

Sí, en mi época se hizo una campaña con la Universidad de La Laguna sobre el buen uso del medicamento. Los compañeros que tenía en la junta, sobre todo Jaime López, se implicó mucho y vinieron muchos catedráticos de la ULL a darnos conferencias. Nosotros teníamos que indicar a la persona el buen uso del medicamento, que se debe emplear para lo que está indicado. Si viene alguien pidiendo uno que sabemos que no le va a sentar bien le decimos que no y que vaya al médico. De las medicinas no hay que ser ni amigo ni enemigo sino tomárselas cuando corresponda. Algo que me preocupó durante mi presidencia en el Colegio es la adherencia al medicamento. Aparecen muchas enfermedades por esta falta de adherencia. Los tratamientos que indique el médico hay que llevarlos a cabo bien y no dejarlos a medias.

Su propia hija le sucede al frente de su popular farmacia en La Minilla. ¿Cuál sería el mejor consejo que puede aportarle?

Afortunadamente me puedo ir tranquilo porque es una persona con una formación muy fuerte. Además, lleva tiempo trabajando conmigo y la veo mejor preparada que yo, con lo que pocos consejos le puedo dar.

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