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Crisis del coronavirus La pandemia en África Polémica en la compra de material sanitario

Lola Castro: "En África hay muy pocos respiradores, algunos países no tienen ni uno"

"Ahora vamos a ver cómo los números aumentan, el pico de la pandemia aquí aún no ha llegado", comenta directora regional del Programa Mundial de Alimentos de la ONU para África del Sur

Lola Castro, directora regional del PMA en el África austral, en un aula en el Congo durante la entrega de alimentación escolar. LP/DLP

¿Qué labor lleva a cabo habitualmente el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en África del Sur?

Trabajamos con países que tienen graves problemas de inseguridad alimentaria debido básicamente a tres factores principales. Uno de ellos es el cambio climático, con grandes choques como los que tuvimos el año pasado, los ciclones Idai y Kenneth, que afectaron a Mozambique, Malaui, Zimbabue o Comoros, un desastre horrible. Al mismo tiempo, debido al cambio climático, una sequía ha estado afectando durante tres años a muchísima gente en la costa oeste de África del sur, en países como Angola, Namibia, Botsuana y partes de Zimbabue. El segundo trabajo que hacemos es con todos los grupos vulnerables. Por ejemplo, niños en edad escolar que tienen que ir a la escuela y no tienen bastante alimentación para poderse concentrar y aprender. La llamada merienda escolar se da a 2,8 millones de niños en la zona. Otro grupo vulnerable más: tenemos el mayor impacto del sida en el mundo. Hay países en los que hasta el 28% de los habitantes están afectados y con un cuarto de tu población así, la necesidad de una nutrición adecuada para poder tomar la medicación es imprescindible. El tercer punto, que es muy importante, es trabajar con todos los gobiernos de la zona en resiliencia y preparación de las comunidades para todos estos problemas que el cambio climático está causando en la zona.

¿De qué forma ha cambiado ese trabajo con la pandemia?

El Covid-19 nos afecta así: este año nuestro plan era atender a 20 millones de personas a través de la distribución de ayuda alimentaria en especie y en un mes hemos tenido que cambiar todos los sistemas de distribución. Hemos parado una o dos semanas en algunos países y distribuciones que antes se hacían con 1.000 o 2.000 personas presentes ahora se hacen con solo 150. En aquellos casos en los que las personas tocaban una máquina para poner su huella digital y recibir transferencias monetarias hemos tenido que transformarlo para que no se toque nada. Hemos tenido que proteger a nuestro personal y a las ONG, así como a los beneficiarios y participantes de los proyectos, con máscaras y guantes para que continúen en el terreno, para que el virus no les llegue. Otro efecto grave es que estamos viendo ya un incremento increíble de las necesidades. Con los cierres o las cuarentenas en las zonas urbanas la gente está desesperada, no tiene cómo conseguir el pan de cada día.

¿Cómo se llevan a cabo esos confinamientos?

Ha sido un reto gigantesco para África, y para el África austral más. Tenemos urbes como Kinshasa donde la mitad de la población o más, el 70%, vive en zonas pobres. Eso por no hablar de Zimbabue, Mozambique o también de Sudáfrica, que está más desarrollado pero tiene muchísimos problemas. Cuando dejas a la gente en casa y les dices que no pueden salir, la mitad de la población de estas zonas urbanas o periurbanas pobres no tienen nada que comer. Primero, porque no tienen ahorros. Segundo, porque no tienen ningún medio para recibir un salario que antes ganaban cada día con un trabajo temporero o si conseguían vender algo, pero al cerrar todo ha sido increíble. Los gobiernos han tenido que tomar soluciones. Han mirado a nosotros y les estamos apoyando para aumentar los subsidios sociales y con paquetes de distribución, pero en las zonas urbanas no lo recomendamos, es mejor que dejen de funcionar los mercados locales. Es importantísimo, porque dan la vida a muchas mujeres que producen los vegetales en el campo, los llevan a las ciudades y se venden ahí. Es una cadena de valor que se ha visto interrumpida y que crea un problema de pobreza y hambre impresionante, hay que dar consejos adecuados y es lo que hemos estado haciendo, apoyándolos a establecer redes sociales para apoyar a la gente que se ha quedado sin comida.

¿Cuál es la situación actual de la pandemia en el África austral? ¿Cómo ha evolucionado durante las últimas semanas?

Va bastante despacio, porque aquí se ha hecho al contrario que en Europa. Allí ustedes vieron subir los números y luego cerraron, aquí hemos cerrado antes de que los números subieran porque se vio venir y era imprescindible, porque los sistemas de salud son muy pobres. De hecho, no sabemos lo que va a pasar aquí. No hay bastantes camas de hospital, y qué hablar de UCI y de respiradores, hay poquísimos, hay países que no tienen ni uno. Los gobiernos tomaron la decisión de cerrar, que puede haber sido un poco catastrófica para el hambre, pero de alguna manera han evitado que el número de casos sea muy elevado inmediatamente. Ahora, debido a la situación socioeconómica, tienen que empezar a abrir poco a poco y es cuando vamos a ver cómo aumentan los números. El pico aquí no ha llegado, pero lo hará y hay un poco más de preparación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) está pidiendo a todo el mundo que apoye a los países más vulnerables. Es un momento crítico para apoyar.

El director ejecutivo del PMA ha advertido sobre múltiples hambrunas "de proporciones bíblicas" a raíz de la pandemia. ¿Cuántos millones de personas pueden verse afectados?

En 2019, 821 millones de personas en todo el mundo se iban a la cama sin comer cada día. De ellos, 135 millones tienen problemas bastante agudos y están en zonas de conflicto, de grandes problemas climáticos y choques u otros problemas. Ahora, con la Covid-19, se piensa que se van a sumar aproximadamente 265 millones más. Nos vamos a poner en 1.100 millones de personas afectadas. La situación se vuelve muy trágica en lugares como la República Democrática del Congo, Madagascar, Somalia, Yemen, Nigeria, Sudán del Sur... En estos lugares donde ya hay un conflicto es donde realmente la gente ya está sufriendo y si el virus llega el número aumentará enormemente. Tenemos un problema en nuestras manos enorme y por eso tenemos que seguir trabajando.

El PMA es la herramienta logística de la ONU. ¿Cómo está operando durante la catástrofe?

Andamos bien preocupados por lo que viene, pero haciendo lo máximo que podemos para asegurar que los puertos siguen funcionando. Las cadenas de valor mundiales son otro asunto importantísimo. Rusia ha cerrado el trigo, Asia está cerrando el arroz y si los exportadores netos de alimentos dejan de exportar y no llegan a los importadores netos, y en África tenemos muchos, hay que promover la producción local. El PMA ha establecido una red de servicios comunes para todas las Naciones Unidas, las ONG, etcétera, y ya estamos empezando a ver los efectos para poder mover carga o personas.

¿Cuál debería ser la respuesta internacional ante esta crisis?

En este momento el mundo debe coordinar y cooperar y trabajar para que los más pobres y vulnerables no sean los más afectados y acaben en un retroceso increíble del que no sabemos cómo nos vamos a recuperar. Nosotros como PMA tenemos en este momento un pedido económico de 1.900 millones de dólares a tres meses para continuar nuestro trabajo. También tenemos otro pedido de otros 350 millones para bases logísticas nuevas en Etiopía, Ghana, Sudáfrica, Panamá y Tailandia. También estamos haciendo un trabajo muy fuerte con los gobiernos en el plano político para que mantengan las fronteras abiertas, para que dejen circular los alimentos y que no comiencen a poner trabas a la exportación de productos básicos. África es un continente que clama por necesidad en esta situación y tenemos que volcarnos realmente como podamos. España es un buen donante para África, sobre todo para el norte, incluso en Canarias se apoyan los campos de refugiados en Argelia. Espero que se pueda hacer un esfuerzo mayor, aun conociendo que hay una crisis económica, siempre hay que ver lo que se puede hacer.

¿Qué papel desempeñan centros como el que el PMA tiene en Las Palmas de Gran Canaria?

Tenemos que aumentar el envío de comida a todos los lugares, hace falta triplicarlo y hacerlo por adelantado para asegurarnos de que podemos distribuir todo antes de que la pandemia ataque fuerte a África. El Puerto de Las Palmas ha sido clave, el centro logístico es básico para este aumento de necesidades que tenemos. Ha apoyado mucho a África del Oeste, al Sahel, pero también a algunos países de mi región, como la República del Congo, donde han llegado alimentos desde el Puerto de Las Palmas. No recientemente, pero esperamos que habrá un aumento en la necesidad. Yo siempre he estado muy orgullosa de que en Las Palmas de Gran Canaria esté esa base logística del PMA, hemos conseguido ponerla en el mapa como ciudad humanitaria.

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