Fue una de las imágenes más llamativas de la erupción del volcán de La Palma, dio la vuelta al mundo y se convirtió en un símbolo de esperanza. La ‘casa milagro’ de la familia Cocq, que se había salvado de la erupción al quedar en una isla que dejaron de forma caprichosa las coladas, ha sucumbido finalmente a las nuevas lenguas de lava del volcán Tajogaite. Esto confirmó este martes I Love The World, la empresa audiovisual tinerfeña cuya fotografía de esta vivienda de El Paraíso resistiendo a la lava se ha convertido en una de las imágenes más icónicas de la catástrofe volcánica de La Palma, reproducida en medios de todo el mundo.

«Nos confirman que la casita de la esperanza ya no está. Se une a las múltiples casitas que yacen bajo la manta del volcán. Buscaremos otra señal que no haga perder la esperanza en estos días difíciles para todos», escribió ayer I Love TheWorld en su Facebook sobre la foto realizada desde un helicóptero el lunes 20, un día después de la erupción, por su coordinador, Alfonso Escalero.  

Los propietarios de la finca, Inge y Rainer Cocq, un matrimonio octogenario de Dinamarca, manifestaron este martes su desolación por el fatal desenlace. «Todo está destruido. Lo hemos perdido todo de nuestra querida isla. Es muy triste. Inge y yo estamos desolados», señalaron al diario El Mundo. Inge y Rainer, que viven en Federicia, localidad de la península de Jutlandia, en Dinamarca, compraron la finca hace 30 años. Allí construyeron una casa rural típica canaria, de solo 45 metros cuadrados, alrededor de la cual habían plantado en una extensión de más de 3.000 metros cuadrados unos viñedos -que cuidaba Rainier- y jardines con palmeras, dragos y otras especies canarias -que cuidaba Inge-. 

Habían elegido esta parte de La Palma por sus inmejorables vistas, su clima primaveral, la belleza natural del entorno y la tranquilidad que les proporcionaba. Allí solían pasar largas estancias, hasta que llegó la pandemia. Desde entonces no habían vuelto. El martes 21, tercer día de la erupción y cuando pensaban que la lava había engullido «la casita», como la llamaban, los Cocq se enteraron de que no había sido así.

Recibieron la foto de Alfonso Escalero a través de Ada Monnikendam, una holandesa afincada en La Palma desde 1976 cuya empresa familiar de construcción había levantado la casa. La imagen de I Love The World se convirtió en un símbolo de esperanza. Una de las tres hijas del matrimonio, Yenny, residente en Santa Fe (Estados Unidos), manifestó a este periódico que sus padres estaban «muy preocupados» porque la casa seguía en peligro y porque la tragedia había afectado a muchos amigos palmeros. Finalmente la casa, los viñedos y los jardines han quedado bajo la lava del volcán.