Soy de esa generación que arrastró a su madre al estreno de ‘Grease’. Hasta en nueve ocasiones le tocó tragarse la historia de amor de Danny y Sandy mientras yo lograba memorizar cada plano, cada canción, cada número de baile, cada frase del guion. En una de las escenas que incluye ese mito de nuestra infancia, Marty, una de las ‘Pink Ladies’, sorprende a Rizzo acicalándose en los aseos de un autocine. Azorada y nerviosa, el personaje de Stockard Channing -cómo nos gustó su papel de primera dama en 'El ala oeste de la Casa Blanca'- confiesa a Marty que ha tenido una falta y cree estar embarazada. Con más esperanza que convicción, Rizzo le pide a su amiga que no airee el secreto, que, sin embargo, tarda en hacerse público en menos de lo que las dos damas rosas emplean en salir de los baños. El chisme del presunto embarazo vuela de coche en coche hasta que llega a Kenickie, el presunto padre de la supuesta criatura: "A Rizzo le han hecho un bombo". Habían nacido las redes sociales versión 1959.

No hay día que me asome a ese escaparate de egos o a los titulares de algunas publicaciones de internet en que no me venga a la mente el comentario que corre vertiginoso por todo el autocine. A Rizzo le han hecho un bombo. Para cuando al final de la película se desvela al espectador que los temores de Rizzo eran infundados, el rumor ya se ha extendido por todo Rydell, incluidos comentarios maledicentes del resto de estudiantes y el vapuleo puritano de todo el instituto. Verdad o no, la pobre Rizzo ya está señalada y el rumor convierte al personaje de Stockard Channing en "ese tipo de chica".

Por fortuna para el periodismo, los diarios han abandonado la torpe costumbre de publicar inocentadas el 28 de diciembre. Aquello era redundante, por cuanto varias veces al año no es extraordinario meter la pata con alguna información: una noticia mal contrastada, una fuente poco enterada o de escasa solvencia, la premura del redactor incauto por aquello tan denostado de que la realidad no te estropee un buen titular. Un periodista tiene una mala tarde como la tiene un médico o un abogado en el turno de conclusiones de un juicio. Además, si en algo creen todavía los lectores es en los periódicos de toda la vida. Dicho lo cual, créanme que no hay maldad en el error. Las redes sociales no han hecho más que empoderar a la prensa tradicional, que entremezcla sus noticias en el timeline con las mentiras de internautas ociosos, de la misma manera que antaño se mentía en el bar a pesar de que el periódico estaba encima de la barra y el bulo era fácilmente contrastable con solo abrir el diario.

En Twitter, que como en cualquier vertedero -éste de noticias- también se encuentran a veces objetos de valor (los medios tradicionales), la han tomado estos días con Nacho Duato por unas desafortunadas manifestaciones que, nadie sabe cómo ni por qué, han vuelto al candelero pese a que el coreógrafo las pronunció en abril de 2019. Duato soltó una tontería monumental: "El político de derechas es más culto porque casi todos vienen de familias bien". Todavía veremos a Arias Navarro convertido en trending topic con aquello de "españoles, Franco ha muerto" porque aquel día algunos no vieron la primera cadena.

En la misma semana del anacronismo de Nacho Duato, la cuenta del Ayuntamiento de Barcelona rememoraba "el fusilamiento" del expresidente de la Generalitat Francesc Macià, a quien el community manager municipal confundió con Lluís Companys. Al pobre Macià se lo llevó por delante una apendicitis y no las balas. Al subconsciente también le hacen un bombo de vez en cuando.

Tampoco se salvó de la telaraña social el gran Antonio Resines. Ingresado en cuidados intensivos a causa del covid, a alguien le dio por difundir que ya tenía las tres dosis de la vacuna -lo que acrecentaba el carácter sensacional de la noticia- y varios periódicos serios picaron sin contrastarlo. Una mala tarde en la redacción, imagino que enderezada por un redactor jefe en estado de ebullición.

Si algo hemos aprendido de esta pandemia es que después del covid y sus consecuencias sanitarias y económicas, le sigue en peligrosidad la información falsa o a destiempo. Este artículo no es más que un infructuoso alegato en favor de la información de calidad que solo encontrarán en los medios tradicionales. Por cierto, Stockard Channing, la actriz que daba vida a Rizzo en 'Grease', se llegó a casar cuatro veces. Lo que son las cosas, jamás tuvo hijos.