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Jucio por el doble asesinato en Tenerife

El golpe mortal al niño del crimen de Adeje sucedió cuando estaba en el suelo y se defendía

Dos forenses aseguran que las víctimas tardaron algunos minutos en fallecer y un perito de la defensa dijo que fue de forma instantánea

Juicio por el doble asesinato de Adeje

El golpe mortal al niño del crimen de Adeje ocurrió cuando se hallaba en el suelo y se defendía del ataque. Los médicos forenses que realizaron la autopsia a las víctimas del doble asesinato de Adeje explicaron que el menor de edad, Jakob, pudo sufrir el golpe mortal en la cabeza cuando ya se hallaba tendido en el suelo y en posición fetal, que es propia de una actitud defensiva, tras haber recibido lesiones varias con anterioridad. Según explicaron dichos profesionales del Instituto Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, el impacto o los impactos con la piedra en el cráneo del niño tuvieron tanta intensidad que también le causaron heridas en la parte del rostro del lado contrario, que tenía apoyado en el suelo.

Todos los funcionarios de dicho organismo concluyeron que las lesiones, incluidas las más graves, ocurrieron cuando ambas personas se hallaban con vida, en función del comportamiento del flujo de la sangre y la generación de hematomas o embolias que se detectaron.

Durante la quinta sesión del juicio con Tribunal de Jurado contra el varón alemán Thomas Handrick, dichos forenses explicaron que el pequeño alemán tenía golpes en los antebrazos y manos, que pueden ser compatibles con acciones de defensa de unas agresiones previas al ataque final en su cabeza.

El médico forense que realizó el levantamiento de los cadáveres el 24 de abril del 2019 aseguró que las víctimas tenían aplastamiento del cráneo y, además, la mujer también sufrió la fractura del maxilar superior, con hundimiento. En ambos casos, la madre y el hijo sufrieron pérdida de masa encefálica.

En la autopsia de Sylvia, en la parte izquierda de la cabeza se detectaron tres o cuatro lesiones que pudieron ser causadas por varios golpes. Una de las forenses aclaró que la madre recibió diferentes agresiones, en la medida en que se detectaron heridas en varias partes del cráneo, sobre todo una en el lado izquierdo y otra en la parte posterior de la cabeza.

El menor y su madre tenían lesiones en sus brazos propias de tratar de impedir los ataques previos

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En base al testimonio de dicha científica, la agresión a Sylvia comenzó en el exterior de la cueva, en base a los múltiples indicios de ello, como la sangre y el mechón de pelo de esta víctima recogidos por la Guardia Civil por fuera de la cavidad. La fractura del maxilar superior sí se pudo producir debido a uno de los golpes fuertes con la piedra de ocho kilos y medio, cuando ya estaba en el suelo y en el interior de la referida cueva del paraje de Hoyo del Agua.

“Todas las pruebas nos dicen que fue una consecución de hechos, hasta llegar al último golpe con la piedra”, aclararon los dos forenses del Instituto de Medicina Legal. Además, las diferentes lesiones que Sylvia tenía en las palmas y el dorso de las manos, así como en los antebrazos, apuntan a que ocurrieron mientras estaba viva y son compatibles con una acción de defensa ante una agresión. La mujer sufrió escoriación por arrastre y también tenía golpes diversos en las piernas.

El golpe en la parte posterior de cabeza en el exterior de la cueva también tuvo que ser importante, en la medida en que los agentes del Laboratorio de Criminalística encontraron no pelos aislados, sino un mechón, según aseguró uno de los médicos forenses que le hizo la autopsia a la ciudadana alemana, Francisco Javier Delgado. Este mismo profesional señaló que la mayor parte de la sangre apareció en el interior de la cavidad.

Además, dichos funcionarios del Instituto de Medicina Legal coincidieron en que las lesiones sufridas por la madre de Jakob causaron mucho sufrimiento y murió varios minutos después de recibir el primer traumatismo.

Francisco Javier Delgado y su colega forense, Raquel Martín Olivera, expresaron que, ante el tipo de golpes recibidos, Sylvia tuvo “sufrimiento físico”, pero, sobre todo, también “sufrimiento psíquico”, ante la percepción de que no solo iba a morir ella, sino también su hijo.

Dichos profesionales aclararon que, en base a cómo estaba la mujer en la posición en la que fue hallada, todo indica que el agresor, al menos en los últimos golpes, se hallaba por detrás de la víctima y la atacó en la parte posterior de la cabeza. A esta hipótesis contribuiría el hecho de que la víctima tenía tierra del suelo en el rostro.

A preguntas de la defensa, Raquel Martín aclaró que en la parte lateral izquierda de la cabeza (parieto-temporal) de la ciudadana germana había, al menos, tres o cuatro lesiones diferentes, con fracturas y hundimiento.

Martín señaló que, además, la afectada recibió, al menos, otro golpe en la parte posterior del cráneo (zona occipital). Francisco Javier Delgado aclaró que la herida en la parte lateral izquierda de la cabeza, con fractura y hundimiento, pudo ser “mortal de necesidad”. Delgado matizó que no está en disposición de asegurar si primero murió la mujer o su hijo.

Un médico-forense de parte afirmó que, ante el dolor que padece en su espalda y sus limitaciones de movimiento para agacharse o girar, llama mucho la atención que el acusado pudiera levantar una piedra de ocho kilos y medio de peso para atacar a su exmujer y su hijo mayor. “Desde el punto de vista médico es difícil”, matizó.

El fiscal delegado contra la Violencia de Género, José Luis Sánchez-Jáuregui, le preguntó a dicho profesional si es factible que dichos problemas de movilidad sean compatibles con que una persona acuda a un gimnasio para aumentar su capacidad muscular y la respuesta fue negativa.

A preguntas del abogado defensor, el citado profesional indicó que el edema pulmonar que se detectó en la mujer le provocó un fallecimiento casi en el acto. Y, tras el traumatismo craneal sufrido por el niño, reiteró que su muerte fue instantánea.

El dolor de espalda de Thomas Handrick

Un médico forense que llevó a cabo el reconocimiento del acusado tres días después de su arresto afirmó que el mismo tenía lesiones compatibles con una caída, por ejemplo, en las rodillas y en el rostro, pero que le parecían más compatibles con las que se produjeron «en una lucha». Thomas Handrick no le comunicó que el día de los hechos los medicamentos le sentaran mal o que hubiera tomado morfina en gotas para el dolor. Un médico-forense propuesto por la Defensa afirmó que, ante el dolor que padece en su espalda tras una intervención por una hernia discal y sus limitaciones de movimiento para agacharse o girar, le llama mucho la atención que el acusado pudiera levantar una piedra de ocho kilos y medio de peso para atacar a su exmujer y su hijo mayor. «Desde el punto de vista médico es difícil», matizó. El fiscal delegado contra la Violencia de Género, José Luis Sánchez-Jáuregui, le preguntó a dicho profesional si es factible que dichos problemas de movilidad sean compatibles con que una persona acuda a un gimnasio para aumentar su capacidad muscular y la respuesta fue negativa. A preguntas del abogado defensor, el citado profesional indicó que el edema pulmonar que se detectó en la mujer le provocó un fallecimiento casi en el acto. Y, tras el traumatismo craneal sufrido por el niño, reiteró que la muerte de este fue instantánea también. El juicio continuará durante la mañana de hoy.

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