Crisis del coronavirus | Cambios en la normativa sanitaria en las Islas

Reacciones al fin de la mascarilla obligatoria en exteriores: del «me parece perfecto» al «yo no me la voy a quitar»

La medida del Gobierno genera reacciones muy dispares entre los ciudadanos, tras casi dos años de pandemia

La opinión de algunos ciudadanos sobre el decreto del Consejo de Gobierno acerca de que la mascarilla dejará de ser obligatoria en los espacios exteriores, con algunas excepciones, genera reacciones dispares. A algunos les parece muy bien e, incluso, lo lógico ante los estudios científicos sobre dónde se produce la inmensa mayoría de los contagios por coronavirus, mientras que otras personas aseguran que seguirán llevándola por seguridad y prevención, con independencia de los que decidan las autoridades, tras casi dos años de pandemia.

Una de las personas que se muestra a favor de la mencionada medida del Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez es María José Carretero, médico rehabilitadora. «Me parece muy bien», comenta. Esta profesional sanitaria opina que la decisión de retirar la obligatoriedad de llevar la mascarilla en espacios exteriores se tenía que haber aplicado desde hace «mucho tiempo». Recuerda que, en base a los estudios científicos que ha consultado, la gran parte de los procesos de contagio ocurren en interiores. Según María José Carretero, las infecciones en el exterior se limitan al 0’0012%. Por ese motivo, estima que el citado objeto ha resultado «innecesario» durante meses.

Reacciones al fin de la mascarilla obligatoria en exteriores

Reacciones al fin de la mascarilla obligatoria en exteriores

Alejandro Hernández Santos se identifica como estudiante universitario. La medida adoptada por parte del Consejo de Gobierno le parece «muy bien». Recuerda que no tiene sentido mantener la utilización de dicho elemento, en base a que los estudios de los científicos aclaran que en el exterior se registra un número muy reducido de contagios del covid-19. Sin embargo, se manifiesta a favor de mantener otras de las acciones de prevención, como limpiarse las manos con gel hidroalcohólico o jabón, o bien mantener la distancia de seguridad en interiores y exteriores.

Según Hernández Santos, la utilización durante muchas horas seguidas de la mascarilla puede generar problemas serios a quienes padecen enfermedades respiratorias crónicas, sin que se haya demostrado su eficacia real en espacios exteriores. Este universitario comenta que «se han vivido épocas peores y que todo tiene su momento». Otra ciudadana defiende que le parece «bien», pero que no es cuestión de pasar, de un día para otro, a una nueva situación, sino «de ser conscientes y responsables» para evitar la proliferanción de contagios.

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Otro ciudadano, de origen cubano, que se identifica como médico, asegura que, en base a «los criterios epidemiológicos», el decreto aprobado por el Consejo de Gobierno «no lo veo descabellado, siempre que se respete la distancia de seguridad» entre personas no convivientes. En su condición de padre, no entiende por qué se autoriza el aumento de los aforos en determinados establecimientos y no se permita el acceso a algunos parques infantiles. Y también está a favor de que no se solicite el «certificado covid» en algunos locales.

Alfonso López explica que la medida le «parece bien». Sin embargo, no llega a comprender que la decisión se adopte, precisamente, cuando, hasta hace pocos días, las cifras de contagios eran las más elevadas de todo el periodo de la pandemia. En opinión de López, «adaptar las medidas en base a lo que diga la sociedad, no es luchar contra la enfermedad». Abunda en que tomar decisiones políticas en función de las protestas, «es actuar sin sentido ni criterio».

Miguel Tadeo se muestra partidario de «seguir usando la mascarilla». Dilip Attnani Sánchez manifiesta que le parece bien «que se quite» la obligatoriedad, siempre y cuando se guarden las distancias. Desde su punto de vista, está a favor de mantener las medidas preventivas, aunque no haya pandemia, con el objetivo de evitar que se propaguen otras enfermedades.

Yadira, ciudadana natural de Ecuador, aclara que le parece bien «siempre que no haya mucha gente transitando por las calles». Indica que, cuando se dirige a su trabajo, a las seis de la mañana, es un buen momento para no llevar dicho elemento de protección. Otra señora de avanzada edad responde con mucha contundencia: «Yo no me la voy a quitar». Y, de hecho, utiliza una mascarilla con aspecto de doble protección. Sin embargo Margarita Hitz, de Suriza, le parece perfecto. «Ya no se me empañarán las gafas», remata Hitz.

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