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Los pinchazos a mujeres, sin indicios de que sean para sumisión química

Durante el mes de julio el Archipiélago no registró ninguna denuncia mientras crecen en la Península

Decenas de personas asisten a una fiesta en una discoteca. Europa Press

Canarias, en alerta ante los pinchazos a mujeres en locales de ocio nocturno. Durante todo el pasado mes de julio, mientras se daba cuenta de los primeros pinchazos a mujeres en varios locales de ocio nocturno de la Península, con un foco principal en Cataluña, Canarias no registraba ningún caso de una oleada que ha ido creciendo en los últimos días. Ni la Policía Nacional, ni la Sala de Atención a Víctimas de Violencia de Género del 112 ni el Instituto Canario de Igualdad (ICI) han recibido denuncia alguna. Tampoco en los principales centros sanitarios de las Islas se ha atendido a mujeres víctimas de esta violenta práctica.

Aún así, y ante el creciente número de casos en varias comunidades autónomas, Canarias se mantiene alerta ante la proliferación de este tipo de ataques machistas hacia las mujeres.

 «Creo que está llegando a una violencia extrema. Para el sistema machista, patriarcal y hegemónico que las mujeres tengan mayor capacidad de decir que ‘no’ y plantarse es un jaque a su poder, a su derecho interiorizado de acceder cuando quieren al cuerpo de las mujeres. Es una adaptación a esa imposición del poder, de una determinada parte de los hombres que siguen creyendo que el acceso carnal a una mujer es un derecho por el mero hecho de ser un hombre y que ellas tienen que estar ahí dispuestas por el mero hecho de ser mujeres», reflexiona Kika Fumero, directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI).

Una agresión que se engloba dentro de las violencias machistas que sufren las mujeres y que busca su sometimiento. «Antes era más fácil la sumisión de las mujeres. Estaba mucho más presente. Cuando hay un avance en igualdad y del feminismo, evidentemente se encuentran con mucho más obstáculos, con mayor resistencia y ante esa resistencia hay una acción-reacción como esta», añade Fumero.

Ola de ataques

Esta oleada de ataques que comenzó, según las primeras denuncias, durante los pasados Sanfermines no es exclusivo de España. Los primeros casos fueron detectados hace meses en discotecas de Bélgica, Francia, Reino Unido e Irlanda. El Parlamento británico incluso llevó a cabo un informe en abril donde analizaba la oleada de denuncias por pinchazos, principalmente a mujeres, en otoño del año pasado, con 1.382 casos entre septiembre de 2021 y enero de 2022 en el ocio nocturno y fiestas. En Francia se han presentado más de 800 denuncias hasta mediados de junio y en España acaban de comenzar a detectarse los primeros casos. De momento, Canarias se mantiene al margen.  

«Creo que es tan macabro como cualquier agresión sexual que haya habido a lo largo de los tiempos. Lo único es que con este sistema, evidentemente , nadie puede echar la vista a un lado, porque nadie tiene naturalizado que alguien pinche una droga a otra persona para agredirla sexualmente, eso ya es demasiado escandaloso afortunadamente para nuestra educación y nuestra cultura», opina Fumero.

Lo que está claro es que estos ataques están generando inseguridad y miedo entre las mujeres que una vez más no se sienten seguras a la hora de disfrutar de algo tan simple como su derecho al ocio nocturno.

Análisis 

De momento, los análisis realizados a las víctimas que han denunciado los hechos en la Península no han hallado rastro de drogas que puedan llevar a pensar en el objetivo de sumir a las mujeres bajo el efecto de estupefacientes para posteriormente abusar sexualmente de ellas.

«No parece que sea un caso de sumisión química con fines de agresión sexual porque de inocularse algo, que parece que no se está haciendo, necesitaría un tiempo para absorberse y una cantidad importante. Depende del tipo de sustancia y de la concentración pero serían necesarios cuatro o cinco centímetros», explica Guillermo Burillo, médico de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC) especializado en Toxicología. Ante esta situación Burillo hace un llamamiento a mantener cierta calma y a analizar los datos existentes hasta el momento tras las varias versiones que existen desde las afirmaciones de que se está inoculando éxtasis, más conocido como MDMA, pasando por el presunto uso de ketamina o éxtasis líquido. 

«Hay que cogerlo con pinzas. Primero porque los datos no están claros, han cambiado. La verdad es que no hay referencias fidedignas. Por otro lado, el éxtasis no se usa para la sumisión química no es la forma habitual de su consumo. La primera noticia que oí es que era MDMA, pero al no ser posible su uso en jeringuilla automáticamente se cambió la versión a éxtasis líquido», subraya.

Riesgo sanitario

Esta ausencia de estupefacientes, al menos en las pruebas realizadas a las denunciantes, aleja en parte el objetivo de la sumisión química para cometer una agresión sexual como objetivo final, pero no ayuda a aclarar por qué están pinchando a las mujeres en centros de ocio nocturno y festivales en gran parte de la Península. Lo que sí está claro es el peligro al que someten a las víctimas haya o no droga en las jeringuillas usadas y el terror que están sembrando.

«Ahora mismo el riesgo que hay, por lo que sabemos con los datos que tenemos que son pocos y por la experiencia de los médicos de Urgencias, es el biológico de transmisión de enfermedades víricas como puede ser diferentes tipos de hepatitis o VIH. No sabes ni cómo ha estado esa aguja antes ni a quién han pinchando», añade. 

Desde el ICI insisten en poner el foco también en los presuntos agresores que están detrás de estos ataques para señalarlos dejando claro que la sociedad no está de su parte. «Una mujer no es agredida si un hombre no la agrede. Deberíamos dirigirnos en primer lugar a ellos, señalar y estigmatizar a aquellos hombres que están haciendo esto, que están cometiendo un delito y que están ejerciendo esta violencia tan brutal que causa un daño social importante. Que se sientan interpelados, es importante porque las mujeres no podemos estar toda la vida defendiéndonos, escondiéndonos y teniendo miedo a la hora de salir. Y también darle apoyo a las víctimas como siempre hacemos», destaca Fumero.

Puntos violeta

Días antes del estadillo de casos y de la alarma social creada el Ministerio de Igualdad y los dueños de discotecas y bares de copas sellaron una alianza para aunar fuerzas en la lucha contra todo tipo de violencia contra las mujeres y, en especial, en combatir las agresiones contra la libertad sexual.

La ministra, Irene Montero, y Ramón Mas, presidente de España de Noche, la federación que reúne a 1.500 propietarios de locales de ocio nocturno, rubricaron un acuerdo en el que se comprometen a diseñar y ejecutar lo antes posible un plan de prevención, detección precoz y respuesta inmediata frente a los acosadores o agresores sexuales en sus negocios y áreas de influencia con la instalación de puntos violeta.

Una alianza que Canarias espera que se convierta en norma y se extienda por todos los locales de ocio nocturno del Archipiélago. «Es una buena medida que desde luego aplaudimos desde el Gobierno de Canarias y desde el ICI. Creo que es una política pública digna y merecedora, casi que es un deber replicarla y reproducirla en el resto de comunidades autónomas y que aterrice en todos los municipios de Canarias. Recogemos el guante. Es importante cuando vas a cualquier local de ocio que todo el mundo, hombres y mujeres, se sientan protegidos y sepan que sus derechos humanos fundamentales y su integridad física y psíquica están a salvo. Que el local o cualquier empresa privada se posicione públicamente de esta manera, en contra de cualquier tipo de agresión a cualquiera de sus clientes, es fundamental. Lanza un mensaje claro a los agresores», añade Fumero.

De momento, son varias las comunidades autónomas que han anunciado la implementación de medidas para evitar nuevos casos de pinchazos a mujeres en locales de ocio y fiestas nocturnas, mientras Canarias sigue ajena a una situación que vuelve a poner en jaque la integridad física y el respeto a los derechos fundamentales de las mujeres.

«Es primordial el mensaje a aquellos agresores que se dedican desgraciadamente a esto. Que sepan que la sociedad no está de su parte, que están aislados, apartados, señalados y estigmatizados», sentencia.

Qué deben hacer las víctimas en caso de sumisión

Aunque de momento no se han dado casos de pinchazos a mujeres en locales de ocio nocturno, festivales o fiestas de Canarias las autoridades explican cómo deben actuar en caso de sufrir esta agresión o de tener sospechas. El primer paso debe ser alertar al servicio de seguridad y responsables del local de ocio, y de ser una fiesta pública en el exterior a los cuerpos policiales que estén en el lugar. «Creo que lo primero que deben hacer es acudir en el sitio donde estén a los servicios sanitarios si es una fiesta grande, o al personal de seguridad si es en un local. Luego valorar el caso y llamar al 112 para ver que es lo mejor para ella. Acudir todos de entrada al hospital no creo que sea necesario», explica Guillermo Burillo, médico de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC) especializado en Toxicología. En caso de ser víctimas de una sumisión química y una agresión sexual es importante preservar todos los indicios que sirvan para detener y juzgar al agresor. «Si se despiertan en una situación de este tipo tienen que acudir sin hacer nada y de forma inmediata, tras pedir ayuda, a un centro médico porque su cuerpo es la primera prueba y la más importante que tenemos. Hay que sensibilizar e informar de qué tienen que hacer ellas si se encuentran en una situación de este tipo», añade Kika Fumero, directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI). Recuerda que llamando al 112 pueden contar con asesoramiento jurídico, policial y sanitario y activar el Dispositivo de Emergencia para Mujeres Agredidas.  |

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