La importancia de una mayor coordinación y de un liderazgo europeo en Sanidad

Francia, Alemania, España y Portugal destacan por sus sólidos sistemas sanitarios, los cuales brindan una amplia cobertura de atención médica a sus ciudadanos. Sin embargo, cada uno de estos países enfrenta desafíos específicos que han llevado a sus ciudadanos a valorar sus sistemas de salud de manera deficiente, lo que indica que hay áreas de mejora en todos los sistemas. España ocupa el tercer lugar en comparación con los otros tres países, superando a Portugal en todas las dimensiones excepto en la adecuación de la financiación. A pesar de su clasificación, España supera el promedio de Alemania en los índices relacionados con la transparencia, equidad, innovación, tecnología y colaboración. Las diferencias en las puntuaciones entre Francia y Alemania se deben a la organización, financiación y cobertura, aunque en general, ambos sistemas sanitarios son considerados ejemplos a seguir y pueden servir de modelo para futuras reformas.

Esto ha quedado patente durante la jornada titulada 'El pulso de la sanidad en Europa: Encuesta de sistemas sanitarios', donde se presentó un estudio comparativo de la percepción de los sistemas sanitarios europeos en Alemania, Francia, España y Portugal, realizado por Sigma Dos para la Fundación IDIS (Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad). Según Juan Abarca, presidente de la Fundación IDIS, "todos los sistemas sanitarios europeos requieren una reevaluación, ya que la percepción de los ciudadanos en general es bastante negativa. La Unión Europea (UE) ha establecido directrices que los sistemas sanitarios europeos deben seguir (universalidad, equidad, accesibilidad, etc.).

Por lo tanto, ahora es el momento no solo de promover una convergencia, sino de transformar estos sistemas sanitarios hacia un modelo que garantice de manera más uniforme estas características para todos los ciudadanos de la UE. Además, todos somos conscientes de que nuestro sistema sanitario atraviesa dificultades terribles que ponen en peligro nuestro modelo de salud, es imprescindible que los principales partidos políticos lleguen a un acuerdo para llevar a cabo las reformas necesarias y garantizar el Estado del Bienestar para las próximas generaciones".

El estudio comparativo de la percepción de los sistemas sanitarios europeos, que se basa en la opinión de 6,000 ciudadanos (con una muestra de 1,500 de cada país), ha utilizado un índice de satisfacción denominado IBS (índice de bienestar sociosanitario) para evaluar diferentes dimensiones, asignándoles valores del 0 al 100. Los resultados generales revelan que la calidad y el enfoque centrado en el paciente son los aspectos mejor valorados. Por ejemplo, la dimensión de la asistencia de calidad obtuvo una puntuación de 50.1, abarcando aspectos como la gestión de citas, la atención de servicios de urgencia y la atención hospitalaria.

Desafíos y áreas de mejora

La transparencia obtuvo una puntuación de 46.2 sobre 100 y se evaluó a través de tres aspectos: accesibilidad a los resultados, posibilidad de compartir el historial clínico y transparencia en la publicación de datos sanitarios. Por ejemplo, España se posiciona en segundo lugar en cuanto a compartir el historial clínico. En cuanto a la dimensión colaborativa, se indagó sobre el grado de participación público-privado y se obtuvo una valoración media de 41.2 puntos.

En términos de eficiencia, se alcanzaron 45.4 puntos sobre 100 en el IBS, considerando el uso adecuado de recursos humanos, infraestructuras, equipos y materiales. La relación con los profesionales obtuvo 44.3 puntos, seguido de cerca por la dimensión de equidad, que logró 43.8 puntos sobre 100. Esta dimensión se enfoca en la facilidad de acceso independientemente de la situación socioeconómica o la zona de residencia.

En cuanto a la innovación y tecnología, se obtuvo una calificación de 41.1 puntos sobre 100. Se consultó a los ciudadanos sobre la innovación de procesos para mejorar la asistencia y la disponibilidad de los últimos avances tecnológicos, digitales y terapéuticos. La financiación recibió 39.5 puntos sobre 100 y se basó en la opinión sobre la suficiencia y distribución de los recursos económicos. Por último, también se preguntó sobre la cantidad de profesionales, la comunicación y el intercambio de datos.

Resultados por países

Los resultados por países sugieren diferencias en la valoración de las diferentes dimensiones del sistema de salud en Alemania, Francia, España y Portugal. En general, Francia obtuvo las mejores puntuaciones, siendo superada solo por Alemania en términos de calidad percibida por sus ciudadanos. La directora general de la Fundació IDIS explica que "en la península ibérica, tanto España como Portugal, la calidad y la transparencia son las dimensiones mejor valoradas. Sin embargo, en España, las puntuaciones más bajas corresponden a la financiación, seguidas de la innovación y la tecnología. Lo mismo ocurre en Portugal pero en orden inverso”.

Un aspecto destacado es la diferencia en la valoración de la necesidad de colaboración y coordinación a nivel europeo. España y Portugal muestran una mayor valoración de la importancia de la coordinación en este ámbito, mientras que Francia y Alemania obtienen puntuaciones más moderadas en estas dimensiones. Esto podría interpretarse como una mayor sensación de autosuficiencia en Alemania y Francia, mientras que España y Portugal muestran una mayor necesidad de colaboración con otros países.

Para concluir la jornada, Ángel de Benito, secretario general de la Fundación IDIS, resaltó la importancia de reflexionar sobre la percepción que los ciudadanos tienen de los sistemas de salud y la necesidad de buscar soluciones innovadoras para avanzar hacia un futuro más saludable y equitativo. Es fundamental recordar que, a pesar de los diferentes modelos, el objetivo común es brindar atención de calidad. Por lo tanto, en esta búsqueda de opciones para mejorar, es importante conocer las prácticas en un entorno en el que el envejecimiento, la cronicidad y la innovación en constante crecimiento requieren una atención especial.

La personalización y precisión de los diagnósticos y tratamientos, así como la promoción de hábitos saludables y la educación de la población, son aspectos clave en este sentido. Además, se destaca la importancia de la capacidad predictiva y la necesidad de una mayor colaboración y coordinación a nivel europeo para abordar los desafíos actuales en el ámbito de la salud.